Los percebes del Cantábrico necesitan que sople de nordeste en verano para llegar a adultos
- Según un estudio de la Universidad de Oviedo
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La presencia de viento del nordeste durante el verano en el Cantábrico aumenta la producción de percebes, según un estudio realizado por Investigadores de la Universidad de Oviedo y del Centro de Experimentación Pesquera del Principado de Asturias.
Publicado en la revista 'Plos One', este trabajo analiza el efecto de las corrientes marinas en las larvas de percebe de la costa CantábrIca.
La investigación analiza cómo la supervivencia de estos crustáceos depende del sistema de corrientes denominado “afloramiento costero”, que lleva a la superficie aguas mucho más frías y muy ricas en nutrientes, y que en el Cantábrico sucede cuando sopla el nordeste en verano, justo en el periodo en que los percebes se reproducen y emiten las larvas.
Con una vida media de cuatro años, el percebe pasa sus etapas iniciales en forma de larva que flota libremente entre las aguas, mientras que una vez adulto se queda fijo a la roca.
La distancia que recorren estas larvas a la deriva, la cantidad de ellas que mueren y la forma en que se dispersan (siguiendo múltiples direcciones o con una línea establecida) resulta aún un misterio para los investigadores.
Lo que este estudio sí ha logrado demostrar es que durante un año normal de afloramiento, las larvas son transportadas decenas de kilómetros hacia el oeste, mientras que un año sin afloramiento apenas se mueven unos pocos kilómetros hacia el este.
Además, han verificado la dependencia de las poblaciones de percebes del aporte de genes situados más al este y han demostrado que, en ausencia de afloramiento, la gran mayoría de las larvas se pierden mar adentro.
En cambio, si en un determinado verano sopla el nordeste de forma consistente y el afloramiento es activo, cuatro años después se capturarán más percebes de lo habitual, confirma.
Los datos empleados en este trabajo han sido recogidos cerca del puerto de Cudillero (Asturias) durante dos años, gracias a un correntímetro instalado en las inmediaciones del lugar.
Asimismo, otros equipos han realizado consultas de pruebas genéticas a ejemplares recabados en distintos puntos de la costa y se han estudiado las series de vientos registradas en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Ello ha permitido constatar desplazamientos de decenas de kilómetros de las larvas de percebe desde el lugar en el que nacen hasta el punto en que los recogen los mariscadores.
EFECTOS PRÁCTICOS
Los resultados de esta investigación tienen implicación directa sobre la gestión y conservación de la especie.
Por un lado, permiten explicar y predecir las fluctuaciones en la producción de percebes, y por otro, indican que la forma de gestionarlos en una determinada zona puede afectar a áreas situadas más al oeste, debido al transporte larvario que provoca el afloramiento.
(SERVIMEDIA)
14 Nov 2013
AGQ/gfm