El sucesor de Pedro pronunció estas palabras durante una recepción a representantes vaticanos y de las Iglesias Orientales reunidos estos días en asamblea plenaria para discutir del magisterio del Concilio Vaticano II sobre el Oriente Cristiano, según informa el Servicio de Información del Vaticano.

“El obispo de Roma no descansará mientras haya hombres y mujeres, de cualquier religión, menoscabados en su dignidad, sin lo necesario para la supervivencia, privados del futuro, obligados a la condición de prófugos y refugiados”, sentenció.

Los cristianos que viven en Oriente Medio, agregó Francisco, “desde hace dos mil años confiesan el nombre de Jesús, insertados como ciudadanos de pleno derecho en la vida social, cultural y religiosa de las naciones a las que pertenecen”.

Asimismo, el Papa pidió “promover la unidad de todos los cristianos, especialmente los orientales”, pues el Concilio Vaticano II afirma “que esta variedad es necesaria para la unidad”.

También dijo que “cada católico tiene una deuda de gratitud con las iglesias que viven en esa región”, que viven en la actualidad el problema de la diáspora y que, sin embargo, son “interlocutoras naturales de muchas otras confesiones cristianas y de otras religiones”.

Por eso, el Pontífice mostró “gran preocupación” por “las condiciones de vida de los cristianos que, en muchas partes de Oriente Medio, sufren gravemente las consecuencias de las tensiones y conflictos”, refiriéndose a las comunidades de Siria, Iraq, Egipto y otras zonas de Tierra Santa.