Con motivo de la reunión mañana, miércoles, del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, pidió al Gobierno que “regule cuanto antes” la venta y empleo de estos dispositivos y que “sea ambicioso” en cuanto a su limitación.

En un informe elaborado al respecto, el CNPT concluye que “la seguridad de estos artículos no ha sido aún bien establecida, y menos aún su pretendida eficacia como instrumento de ayuda a las personas que quieren dejar de fumar”.

La propia OMS ya señaló que esto es “algo que todavía está por demostrar científicamente”. Por ello, el CNPT consideró necesario y urgente aplicar a estos dispositivos idénticas regulaciones a las de los productos del tabaco, tales como adecuar su fiscalidad, prohibir cualquier forma de publicidad o promoción, terminar con su venta a menores y prohibir el consumo en los espacios públicos.

“El vapor de los cigarrillos electrónicos puede contener sustancias tóxicas y nocivas para la salud”, con lo que “no deberían utilizarse en espacios públicos cerrados”, destacó.

Además, advirtió sobre “su falta de regulación y control de calidad, ya que la composición de tales dispositivos puede variar mucho incluso dentro de una misma marca”. “No está claro que eviten la inhalación de sustancias tóxicas como el alquitrán”, prosiguió, y alertó sobre una posible “renormalización del tabaco” que su expansión podría acarrear.

Según el CNPT, los cigarrillos electrónicos pueden “tener el efecto adverso de impedir el cese definitivo del consumo de tabaco o animar a los jóvenes y a los exfumadores a probar estos nuevos productos, al verse atraídos por los sabores y la falsa imagen de seguridad”.

Finalmente, recordó que ya existen productos farmacéuticos con nicotina limpia, y pidió a los profesionales sanitarios que no recomienden estos artículos hasta no estar seguros de su utilidad.