Según la empresa Puff Cigarette Iberia, que comercializa el producto, las comunidades autónomas que demandan el producto en mayor medida son Cataluña, País Vasco y Madrid.

En opinión del director general de la compañía y presidente de la Asociación Nacional Española de Vapeadores (ANEV), Pedro Cátedra, además de la eficacia del cigarrillo electrónico para dejar de fumar, también está probada su menor toxicidad frente al tabaco tradicional, que contiene más de 4.000 sustancias tóxicas de las cuales al menos 30 son cancerígenas en humanos. En países como Italia, donde se vapea desde hace más de 10 años, no ha aparecido ni un solo caso de cáncer asociado al acto de vapear.

El criterio de Cátedra, recogido por la empresa en una nota de prensa, apunta que la normativa europea debe ser estricta y hacer controles del líquido que usan estos cigarrillos para evitar que algunas empresas no cumplan con todas las condiciones de seguridad necesarias.

Por último, para defender las bondades del producto frente a las críticas que ha recibido en los últimos meses, Puff Cigarette Iberia se hace eco de un estudio de la University of East London que asegura que el 90% de los fumadores que han participado en un reciente trabajo ha dejado de fumar tabaco por completo gracias a la utilización del cigarrillo electrónico.