Asimismo, reclamó al Gobierno presidido por Ignacio González la elaboración de un Plan Regional de Estrategia Territorial (PRET) “que palie los graves desequilibrios fruto de una expansión urbana descontrolada y atendiendo sólo al interés de unos pocos”.

Villares hizo estas declaraciones durante la comparecencia en la citada comisión parlamentaria del secretario de Política Territorial de CCOO-Madrid, Raúl Cordero, quien habló del equilibrio territorial en la región.

Cordero indicó que en Madrid el ratio de segunda vivienda o vacía es de 95 por 1.000 habitantes en Madrid frente al 70 del resto de la Unión Europea.

El líder sindical dijo que en el 21% del territorio se concentra el 84% de la población y después hay ciudades segregadas que no están integradas, por lo que reclamó que "la expansión se ajuste a las necesidades reales, con un diseño de movilidad y una red de infraestructuras adecuadas".

Según Villares, es “necesario reequilibrar la ordenación territorial atendiendo al criterio de interés general en lugar de priorizar los intereses de mercado por encima de otra consideración que ha llevado a un proceso desintegrador propulsado por la Ley del Suelo del 98 y acentuado por la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid aprobada por la puerta de atrás”.

“Se ha producido una expansión urbana incontrolada que ha generado destrucción de suelo público, reducción de suelo rural que esquilma los sistemas agrarios, reducción del suelo protegido y preocupantes avances en su ocupación y suelo urbano, destrucción de hábitats ecológicas y degradación de condiciones de salubridad medioambiental”, manifestó la diputada de IU.

Dijo que en Madrid “se ha producido un mercadeo privado de elementos indispensables para la vida que inciden directamente en la vertebración territorial como el suelo, agua, e incluso el aire, por el privilegio de menor contaminación”.

Tras abogar por cambiar el desarrollo económico y territorial “porque el suelo no es en sí mismo una mercancía”, indicó que “en la Comunidad de Madrid se construye por construir, complejos residenciales o de ocio en suelos no calificados para ello o carreteras, mejor si son infraestructuras a cargo de fondos públicos”.

“Hay que tener en cuenta que todo planeamiento territorial disociado de la necesidad de su población es una perversión abocada al fracaso”, concluyó.