El jefe de la delegación del CICR en Haití, Riccardo Conti, afirmó que, "habida cuenta de la magnitud de las necesidades, la tarea a la que se enfrentan las organizaciones humanitarias es de grandes proporciones".

En este sentido, una superviviente de 29 años señaló que "Hoy en día, las personas están luchando por sobrevivir". "La gente está cada vez más agresiva, ya que necesita ayuda y alimentos", añadió.

En Cristo Rey, Delmas, Carrefour y casi todo Puerto Príncipe, las calles están repletas de gente, improvisadas tiendas de campaña y montones de basura en llamas y para muchos haitianos parece haber concluido la búsqueda de seres queridos entre los cadáveres.

Además, el CICR alertó de un creciente riesgo de enfermedad porque, seis días después del terremoto, la situación sanitaria y de saneamiento es cada vez más precaria en los campamentos improvisados.

La Cruz Roja señaló que la disponibilidad de los baños y de agua potable es muy limitada porque apenas existe infraestructura y hay un gran número de personas que duermen en las calles, por lo que instó a tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de enfermedades. "En todo Puerto Príncipe, el hedor de la orina es abrumador", recalcó.

Por otro lado, la CICR indicó que los precios de los alimentos y el transporte se han disparado desde el pasado martes y los incidentes de violencia y los saqueos aumentan tanto como la desesperación de la población.