El manifiesto alude también a la "preocupación" de los socialistas por la situación de los enfermos mentales y sus familias, "agravada", dice, por "las políticas de recortes" impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy "en derechos sociales y de servicios públicos".

"Estos hechos (las políticas del Ejecutivo central) nos recuerdan la necesidad de insistir en dar a conocer la situación real de estas personas, conciudadanos y conciudadanas, como prerrequisito para corregir estereotipos, modificar prejuicios y reducir la discriminación, componentes centrales del estigma que les rodea", reza el texto de los socialistas.

El mismo documento aboga por que el Día Mundial de la Salud Mental sirva también para reconocer "el protagonismo" de asociaciones de pacientes y familiares, así como de los profesionales sanitarios que los atienden.

"Queremos reconocer el esfuerzo de profesionales de los servicios públicos y el empuje esencial de los movimientos asociativos de familiares y personas usuarias", dice el manifiesto, que añade en esta línea que "solo trabajando juntos será posible contrarrestar los intentos de volver atrás".

Y es que, según el Partido Socialista, "se ha constatado un incremento significativo de trastornos mentales, y de los diagnósticos psiquiátricos atendidos".

También se aprecia, asegura el PSOE, un aumento de las tasas de hospitalización psiquiátrica a nivel nacional, así como la tendencia observada en las cifras de suicidio, "que ha experimentado un significativo aumento, del 11,3%, en el año 2012 con respecto al año anterior, alcanzando así la tasa más alta desde el año 2005, cuando el suicidio era la causa de muerte de 7,6 personas por cada 100.000".

Teniendo en cuenta todo esto, el Partido Socialista pide "una urgente evaluación" sobre la salud mental realizada por expertos independientes, que permita actualizar y reorientar el sistema de cara a su desarrollo futuro.

En este contexto, el Grupo Socialista presentó este mismo viernes en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley en la que pide que se elabore una nueva Estrategia de Salud Mental, que considere "imprescindibles" las intervenciones psicológicas y psicosociales, así como el trabajo de prevención.