Más de 2.000 mujeres embarazadas mueren al año porque les impiden ir al ginecólogo en Burkina Faso
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Amnistía Internacional denunció hoy que más de 2.000 mujeres mueren anualmente en Burkina Faso por complicaciones en el embarazo y el parto, ya que la discriminación hacia la mujer les impide acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva, lo que les incapacita para tomar decisiones fundamentales sobre su estado de gestación.
En un informe titulado "Dando la vida, arriesgando la muerte", Amnistía concluye que muchas de estas muertes en Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo, pueden evitarse fácilmente si las mujeres acceden a tiempo a la asistencia médica adecuada.
El secretario general en funciones de Amnistía Internacional, Claudio Cordone, afirmó que "las mujeres de Burkina Faso están atrapadas en un círculo vicioso de discriminación en el que es posible que mueran al dar a luz".
"La mortalidad materna es una tragedia que priva de esposas, madres, hermanas e hijas a las familias cada año. Mientras no se permita a las mujeres tener el control de su propio cuerpo, seguirán muriendo a miles", añadió.
Amnistía explicó que la mayoría de las mujeres en Burkina Faso están supeditadas a los hombres y cuentan con escaso o nulo control sobre decisiones básicas como cuándo solicitar asistencia médica o en qué momento quedarse embarazada, a pesar de que la legislación les iguala en derechos. Además, mujeres y niñas siguen sometidas al matrimonio precoz y a la mutilación genital.
La pobreza es un factor que contribuye a la mortalidad materna prevenible, especialmente en el caso de mujeres sin recursos económicos que viven en zonas rurales y se enfrentan a obstáculos tanto de índole económica como geográfica para acceder a la asistencia médica.
CORRUPCIÓN MÉDICA
En 2006, el Gobierno burkinés aprobó una política para subvencionar el 80% de los gastos del parto y prestar el servicio sin ningún coste a las mujeres con menos recursos, que ha logrado reducir los índices de mortalidad materna en algunas partes del país, pero algunos fallos han hecho posible que el personal médico cometa abusos, como el cobro ilegal de los servicios.
Según el informe de Amnistía Internacional, la desigualdad de acceso a centros de salud adecuados (especialmente en las zonas rurales), la escasez de suministros médicos y de personal formado, la falta de criterios para determinar quién puede optar a una asistencia subvencionada y las actitudes negativas o discriminatorias de los trabajadores de la salud también son impedimentos para que las mujeres reciban asistencia.
Amnistía Internacional ha pedido al Gobierno de Burkina Faso que amplíe y mejore el acceso a los servicios de planificación familiar, suprima las barreras económicas para acceder a los servicios de salud materna, garantice una distribución uniforme de los centros de salud y de personal preparado en todo el país y establezca un mecanismo de rendición de cuentas accesible y bien divulgado para ayudar a combatir la corrupción y la mala administración.
Amnistía envió con antelación el informe a las autoridades burkinesas, que han expresado su satisfacción por este trabajo "minucioso e importante", si bien insistieron en que los casos de conducta médica indebida son "aislados" y reiteraron su compromiso de abordar el problema de la mortalidad materna.
(SERVIMEDIA)
27 Ene 2010
MGR/lmb/caa