Por esta razón, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Gobierno haitiano trabajan para establecer un espacio de contención “apropiado” para estos residuos en Puerto Príncipe.

Dos semanas después de un terremoto de 7 grados en la escala de Richter, el Pnuma reconoce que “las prioridades más urgentes” siguen siendo el agua, la asistencia médica, el refugio y el alimento, pero recuerda que, gracias a “evaluaciones de campo rápidas”, se ha identificado una serie de problemas ambientales para el corto y medio plazo.

En este sentido, alerta de que “unas decenas de millones de toneladas” de escombros se acumulan en las calles del país, y se vierten “sobre los bordes de las carreteras”.