Esta ONG subrayó que miles de niños podrían haberse visto separados de sus padres y familiares por el terremoto, al fallecer o resultar heridas sus personas queridas o por la situación de caos creada por el temblor de tierra.

Save the Children afirmó que estos niños corren un riesgo extremo de sufrir estrés emocional severo, explotación sexual o tráfico de personas.

Por ello, trabaja con Naciones Unidas y el Gobierno haitiano para evaluar la situación y de estos niños, dar respuesta a sus necesidades y reunificarles con sus familias, para lo cual reivindicó una moratoria para las nuevas adopciones, no para los procesos iniciados antes del terremoto.

En este sentido, Save the Children recalcó que la ONU recomienda que se dediquen al menos dos años a la búsqueda de las familias antes de considerar la adopción del niño.

Deb Barry, experta en protección infantil de Save the Children y que se encuentra en Haití, destacó que "la posibilidad de que un niño sea identificado erróneamente como huérfano en el caos que se produce tras un desastre natural es extremadamente elevada".