En el Debate sobre el Estado de la Nación, Coscubiela acusó a Rajoy de reflejar en su intervención una sociedad “que solo existe en su manual de propaganda”, de lanzar programas que son “humo”, de ignorar la corrupción que “carcome” a su partido, y de seguir negando el derecho a decidir de los catalanes. Es un Gobierno “nini”, dijo, “ni dignidad, ni derechos, ni democracia”.

Le culpó de beneficiar a las grandes eléctricas sin solucionar la pobreza energética, de abandonar “a su suerte” a las personas dependientes, de aprobar una ley de montes que permite construir en zonas incendiadas facilitando la especulación urbanística, y de decir que los trabajadores ya no tienen miedo a perder su trabajo cuando en realidad tienen “pánico”.

No tienen “ni dignidad ni vergüenza”, insistió, cuando agradece a los ciudadanos el esfuerzo por las políticas antisociales, como si hubiera sido voluntario y no “impuesto con la mayoría absolutista”, y cuando sigue presidiendo un partido “carcomido” por la corrupción a modo de “colaborador necesario de la corrupción sistémica”.

“No tiene autoridad moral para combatir” la corrupción, le dijo, porque es “el capo de la familia”. En ese momento, Villalobos le interrumpió para pedirle que utilizara “otros términos” porque esa palabra no la merece ni el presidente ni ningún parlamentario. Coscubiela dedujo que la presidenta del Congreso había “interpretado bien lo que quería decir”.

Insistió en que Rajoy ha mermado los derechos de los desempleados aunque ahora se presente como su salvador, y que votó en contra de una ley de segunda oportunidad que ahora anuncia. Le preguntó por ello si incluirá a los deudores hipotecarios con carácter retroactivo o será “otra engañifa”.

Coscubiela le dijo que sus políticas de “capitalismo de amiguetes” tienen ganadores y perdedores, y le reprochó el intento de “silenciar” a los ciudadanos para frenar las protestas.

Frente a ello, abogó por restituir las prestaciones por desempleo a los niveles de junio de 2012, garantizar una renta mínima para evitar la pobreza, atajar la deuda, engordar un sistema fiscal “cadavérico”, impulsar una conferencia europea para estructurar la deuda, y dejar de actuar “en connivencia con el fraude y la evasión”, porque habla de patriotismo pero “no hay patria sin dignidad, derechos y democracia”.