El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein, señaló que algunas personas que habían huido o fueron rescatadas de ciudades anteriormente en manos de Boko Haram han descrito a este organismo de Naciones Unidas una situación de “terror absoluto y graves violaciones de los derechos humanos”, aunque también hay informes de atrocidades cometidas por las fuerzas armadas nigerianas.

“Los civiles en el noreste de Nigeria han estado viviendo con actos horribles de crueldad y violencia de Boko Haram, que incluyen asesinatos sin sentido, ejecuciones sumarias, la participación forzada en operaciones militares y la utilización de niños para detonar bombas, trabajo forzado, matrimonio forzoso y violencia sexual, incluida la violación”, apuntó Zeid en un comunicado.

Testigos de estos hechos afirmaron a la ONU que, en un ataque perpetrado el pasado mes de abril en la aldea de Kwajafa, en el Estado de Borno (noreste de Nigeria), los insurgentes pidieron a los lugareños que se reunieran para que les escucharan predicar. La Oficina del Alto Comisionado recibió la grabación de un vídeo de una ejecución de una niña que se había negado a convertirse al Islam.

"Tenemos informes de niños que fueron sospechosos de robo y tenían las manos amputadas, de un hombre lapidado hasta la muerte por acusaciones de fornicación y ejecuciones en masa de prisioneros cuyas manos y piernas estaban atados y que fueron tirados a ríos y pozos. En un incidente que tuvo lugar a finales de 2014, Boko Haram presuntamente asesinó con brutalidad a al menos 1.000 personas, posiblemente muchas más, de Mararaba Madagali, en el estado de Adamawa. Eran hombres y niños que se negaron a unirse a la causa depravada de Boko Haram", añadió este organismo de la ONU.

TOQUE DE ATENCIÓN AL GOBIERNO

Además, la Oficina del Alto Comisionado recalcó que cuenta con informes “muy preocupantes” sobre acciones cometidas por las fuerzas armadas nigerianas. “Una de las víctimas relató su calvario cuando fue confundido con un miembro de Boko Haram y detenido por los militares en Yola, en el estado de Adamawa. El hombre dijo que pasó cinco días sin comida ni agua, ya que los detenidos bebían la orina de otras personas para saciar su sed. Afirmó que hubo un promedio de cinco muertes por día en las instalaciones”, apuntó.

Zeid instó al nuevo Gobierno de Muhammadu Buhari a tomar medidas urgentes para juzgar a los autores de violaciones y abusos de los derechos humanos, sean o no del Estado, e hizo un llamamiento a las autoridades para que garanticen que las operaciones de contrainsurgencia no den lugar a la devastación de los derechos humanos en el noroeste del país.

"Mi predecesora, Navi Pillay, dijo durante su visita a Nigeria el año pasado que muchas de las personas que conoció reconocieron abiertamente que las violaciones de derechos humanos habían sido cometidas por las fuerzas de seguridad y que éstas habían servido para alejar a las comunidades locales y crear un terreno fértil para que Boko Haram cultivara nuevos reclutas", dijo.

Zeid indicó que, desde entonces, ha recibido informes de arrestos y detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones sumarias, así como de la no adopción de las medidas adecuadas para garantizar la protección de los civiles durante las operaciones de contrainsurgencia. “Los informes emitidos por organizaciones no gubernamentales internacionales, así como por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Nigeria, indican que la escala de las violaciones puede ser masiva", añadió.

Zeid reconoció los enormes desafíos a los que se enfrenta el Gobierno de Nigeria en sus esfuerzos para combatir a Boko Haram, pero hizo hincapié en la importancia de que las fuerzas de seguridad respeten el Estado de derecho, de conformidad con sus obligaciones de derechos humanos.

"Me siento alentado por la promesa del presidente Buhari de que la nueva administración no dejará piedra sin mover para promover el imperio del derecho y asegurar la justicia y la protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo", apostilló.

Zeid instó al nuevo Gobierno a “actuar sin demora para establecer investigaciones independientes adecuadas sobre presuntas violaciones de los derechos humanos internacionales y del derecho internacional humanitario por parte de las fuerzas armadas nigerianas, en particular sobre las denuncias profundamente inquietantes de que miles de personas han muerto o han sido asesinadas durante su detención por las instituciones del Estado".