En la rueda posterior a la celebración este martes en Madrid de la segunda jornada de la cumbre de la ONU contra el terrorismo, centrada en la ‘Detención del flujo de combatientes terroristas extranjeros’, Margallo apuntó que acabar con las raíces que explican el terrorismo, el diálogo intercultural e interreligioso, la consolidación de la democracia, la prevención, la mediación con Marruecos y la participación en misiones de mantenimiento de la paz son los elementos más eficaces para combatir el yihadismo.

En cuanto a la creación de esta corte penal, explicó, que la idea no es nueva, ya que data de 1937, aunque se paró como consecuencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

“España la ha retomado y la tendrá redactada, definida y completada cuando presida el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el próximo mes de octubre”, manifestó.

"NO ES POSIBLE EL DIÁLOGO"

Por otra parte, Margallo celebró que la ONU haya decidido convertir, por unas horas, a Madrid en la “capital mundial contra el terrorismo” y que hayan acudido a su llamada 48 ministros y 400 expertos para tratar un “fenómeno tan grave” como éste que afecta a 100 países.

En ese sentido, el ministro aseguró que “no es posible el diálogo con los terroristas, ya que éstos tienen un proyecto de “carácter totalitario y excluyente”.

Del mismo modo, Margallo reivindicó que España tiene una “política integral, comprensiva y completa contra el terrorismo”, como lo pone de manifiesto la promoción de una conferencia contra el terrorismo en Libia, la participación española en la coalición internacional que combate al Daesh en Iraq, la puesta en marcha de la Alianza de Civiliaciones, su presencia en el Centro Internacional Rey Abdullah Bin Abdulaziz para el Diálogo Interreligioso e Intercultural (Kaiciid), junto con Austria y Arabia Saudí, o la celebración en Barcelona la semana pasada de la Reunión de Alto Nivel sobre Diálogo Intercultural e Interreligioso.

A su vez, el ministro explicó que los terroristas de Daesh apelan a la violencia para instaurar una visión extrema del Islam que nada tiene que ver con la visión pacífica por la que se caracteriza esta religión.

Esto le sirvió para describir que ellos consideran enemigo a todos aquellos musulmanes que no comparten su visión del Islam, así como a los infieles, “retomando al Bin Laden de los judíos y los cruzados”.

“Contra todos estos acuden a las tácticas y los procedimientos más repugnantes que hayamos visto. No cabe negociación con grupos yihadistas totalitarios”, sentenció.