Madrigal salía así en defensa de los fiscales que “en un contexto social de indignación” han intervenido en 340 causas judiciales y han duplicado el número de diligencias de investigación en trámite, el de denuncias y el de querellas interpuestas.

La fiscal presentaba hoy, por primera vez desde de su nombramiento, la Memoria de la Fiscalía ante el rey Felipe VI, el ministro de Justicia y la cúpula de la judicatura. Una buena parte de su discurso se dedicó a explicar la tarea del Ministerio Público en materia de corrupción. Aseguró que lo que ralentiza los procesos es la complejidad de las investigaciones y no la cantidad de asuntos.

Para combatir este problema, apuesta por reforzar los cuerpos técnicos y especializados de la Fiscalía y advierte de que los fiscales anticorrupción de todos el país “no siempre pueden desempeñar sus difíciles funciones en el clima de serenidad, confianza y respeto que sería deseable”.

“Los reclamos mediáticos, a veces incompatibles con la seguridad de la investigación, las críticas partidistas o interesadas, e incluso el hostigamiento… pueden constituir una presión agobiante”, continuó explicando antes de quejarse del “injusto cuestionamiento de la imparcialidad de la Fiscalía”.

El trabajo de los fiscales, dijo, se realiza “sin atender identidad, posición, afinidad o militancia política de las personas físicas o jurídicas investigadas ni de los cargos que ostentan o han ostentado”.

Madrigal hizo esta afirmación días después de que la operación para investigar el supuesto cobro de comisiones por CiU fuera objeto de críticas por la cercanía de las elecciones catalanas.

En ese sentido, aseguró que “en relación con los procesos electorales, nuestra única preocupación, es la limpieza de los procedimientos y de los derechos de los electores y candidatos”.

Reveló que en período electoral, la Fiscalía mantiene la pauta establecida por el Tribunal Supremo de “prudencia”, siempre que no se ponga en riesgo el éxito de las invetigaciones, la obtención y conervacion de la pruebas del delito o la seguridad de las personas y de su sujeción a la acción de la justicia.

Madrigal concluyó este apartado de su intervención pidiendo para los fiscales anticorrupción y para los Cuerpos de Seguridad del Estado “la confianza y el respeto que son imprescindibles para desarrollar su difícil función en las condiciones de objetividad e imparcialidad que la ley y los ciudadanos exigen”.

REFUGIADOS

La fiscal General del Estado se refirió a los procedimientos abiertos por los delitos de trata de seres humanos, una de las fuentes de recursos económicos ilícitos en todo el planeta en manos de redes que explotan la tragedia de quienes tienen que huir de la guerra, la muerte, el terror o la miseria.

La Audiencia Nacional y la red de fiscales especialistas, explicó, “están comprometidos al máximo en la lucha contra estas nuevas formas de esclavitud” tanto en materia de prevención, como de condena a los culpables y de protección de las víctimas.

La cabeza visible del Ministerio Público reclamó el cambio del modelo procesal español para que la instrucción de las investigaciones quede mano de los fiscales, a la vista de que el modelo de juez instructor se revela “inoperante”.

“El éxito de las diligencias de investigación del Fiscal se explica porque el principio de unidad de actuación que inspira nuestro funcionamiento, confiere mayor eficiencia y permite eludir tanto la fragmentación de investigaciones en manos de varios jueces de instrucción, como las cuestiones que competencia entre órganos que a veces ralentizan los procedimientos”, aseveró.

INSTRUMENTALIZACION POLÍTICA

La Fiscalía General del Estado tiene por objetivo “reforzar las razones y motivos reales para la confianza de la ciudadanía” y conseguir que se perciba a los fiscales como “defensores de la legalidad, del interés público y de los derechos de los ciudadanos, y consiguientemente se nos mantenga en la más estricta imparcialidad y con pleno respeto a la autonomía que nos impone la Constitución”.

Por eso, consideró que “todas las instancias” debería procurar dejar a la Fiscalía “fuera de la contienda política” y exigió “que desde ningún ámbito político se instrumentalice nuestra institución, planteando como denuncias cuestiones que deberían quedar ubicadas dentro de las lindes del debate político o electoral”.

Madrigal defendió al trabajo de fiscales, jueces y magistrados que encarnan la fortaleza del sistema constitucional que “aún sometido a tensión y contradicciones, no sólo permanecerá, sino que prevalecerá”.