Así se pronunció el presidente de Avite, José Riquelme, ante la Puerta de los Leones después de escuchar en el Congreso de los Diputados la interpelación que sobre este caso le hacía al ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, la diputada de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) Lourdes Ciuró.

Ciuró reconoció al término de la sesión que salen “decepcionados” porque han escuchado “buenas palabras del ministro” pero quieren “algo más” porque son “muchas” las medidas que, a su juicio, se pueden tomar desde el Gobierno.

Acusó al ministro de “echar pelotas fuera tanto a la Judicatura como a la farmacéutica sin ponerse en primera persona y asumiendo la parte de responsabilidad que le corresponde al Estado”.

VERGONZOSAS

Por su parte, José Riquelme señaló que “esperaban mucho más del PP porque el ministro no ha dicho absolutamente nada nuevo. Ha hablado del sexo de los ángeles, de la talidomida, y no lo entendemos”. “Hay pendiente una reparación política por una negligencia que cometieron las autoridades sanitarias, hace muchísimos años”. Han sido “vergonzosas” las declaraciones del ministro en la interpelación, apuntó.

En esta misma línea se pronunció el vicepresidente Rafael Basterrechea, quien recriminó a Alonso que “no sabe ni cuando se empezó a vender ni cuando se dejó de vender” la talidomida en España “pero sí el día, el mes, la hora y el año en el que la farmacéutica pidió disculpas”.

Además, consideró que es “lamentable” que Alonso, a su juicio, “se haya colgado medallas a costa del trabajo de esta asociación de pobres desgraciados que han estado luchado años y años” mientras “él no ha hecho absolutamente nada”.

Basterrechea afirmó que Alonso se reunió con ellos el 15 de diciembre de 2014 y les dijo que iba a estudiar el tema. Y por tanto, “lleva nueve meses estudiando” pero no tiene “ni puñetera” idea de cuando se vendió o dejó de vender el fármaco en España. Para él, el laboratorio alemán es el “responsable directo de la muerte y mutilación de 3.000 españoles”.

Este colectivo, después de la decisión del Tribunal Supremo de que no cabe una indemnización del laboratorio que producía el medicamento (Grünenthal) -puesto que ya prescribió el plazo para plantear esta solicitud-, tiene previsto recurrir al Tribunal Constitucional y, si fuera necesario, al Tribunal de Derechos Humanos de Europa.