Lo dijo en una rueda de prensa al ser preguntado por las palabras de Aznar defendiendo aquella intervención a pesar de reconocer que el argumento con la que la justificó en su día, la existencia de armas de destrucción masiva, resultó ser falso.

Iglesias cree “graves” las palabras de Aznar y dijo que quienes promovieron esa guerra “deberían ser juzgados” por una intervención que no solucionó ningún problema y, por el contrario, sí contribuyó a “echar gasolina sobre una situación muy difícil”. Aznar debería tener “la decencia de callarse”, dijo, “aunque lo justo sería que se sentase en un tribunal”.

Iglesias no aclaró si defiende la salida de España de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, y respondió a esa pregunta asegurando que defenderá los derechos de los profesionales de las fuerzas armadas que han sido “pisoteados” y que deben ser tratados como el resto de ciudadanos pese a trabajar “uniformados”.

Aseguró que el Ejército es una institución “fundamental para el mantenimiento de la paz” y abogó por una política de defensa “seria”, lo cual implica asumir que en el Mediterráneo “no se juega al ajedrez” avivando conflictos que generan cientos de miles de refugiados que huyen de la guerra y la desesperación en gran medida por la “falta de responsabilidad de la política exterior europea”.