La escalada de los ataques aéreos comenzó a finales del pasado mes de septiembre y se han prolongado en este mes de octubre en 12 hospitales de las gobernaciones de Idlib, Alepo y Hama, de los que seis están apoyados por MSF.

“En total, seis hospitales han tenido que cerrar, incluyendo tres con el apoyo de MSF, y cuatro ambulancias fueron destruidas. Un hospital ha reabierto, pero los servicios de urgencias, maternidad, atención médica pediátrica y primaria continúan seriamente afectados”, afirmó Médicos Sin Fronteras en un comunicado.

Esta organización médico-humanitaria afirmó que, debido a estos ataques, decenas de miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares y algunas han buscado refugio en campos y pueblos cercanos.

Según los trabajadores comunitarios de salud de MSF, alrededor de 1.700 familias se han unido a la relación de 110.000 sirios que se encuentran desplazados internamente en cuatro campamentos existentes en la gobernación de Iblib, de ellas 225 familias sólo en la última semana.

"Después de más de cuatro años de guerra, sigo atónito de cómo el derecho internacional humanitario puede ser tan fácilmente burlado por todas las partes en este conflicto", dijo Sylvain Groulx, jefe de MSF para Siria, quien añadió: “Sólo podemos preguntarnos si este concepto está muerto”.

“Muchos trabajadores humanitarios y los agentes de salud, incluyendo MSF, han pedido en repetidas ocasiones y están pidiendo el cese inmediato de este tipo de ataques en todo el país, pero ¿están siendo escuchadas nuestras voces?”, añadió.

"UNA GOTA EN EL OCÉANO"

Médicos Sin Fronteras apuntó que la búsqueda de una vivienda adecuada en Siria es una prioridad urgente ante el progresivo descenso de las temperaturas, lo que se suma al difícil acceso a servicios sanitarios para las poblaciones desplazadas.

Además, consideró “limitada” la posibilidad de ampliar los campos existentes de desplazados o construir otros nuevos. De hecho, algunas de las familias desplazadas comparten tiendas de campaña, mientras que otras se refugian en lugares comunes como mezquitas y escuelas.

"Además de proporcionar apoyo médico adicional a través de una clínica móvil en el sur de Alepo, estamos intentando proveer artículos no alimentarios, como tiendas de campaña", dijo Groulx, antes de señalar que MSF también suministrará mantas para combatir las bajas temperaturas del invierno.

“Pero este tipo de apoyo es sólo una gota en el océano si tenemos en cuenta lo que las familias desplazadas realmente necesitan. Ellas necesitan seguridad. Tienen que dejar de ir de un lado a otro y de preguntarse cuándo caerá la próxima bomba", apostilló.