Inmigración. El ‘Anuario de la Inmigración en España’ del Cidob denuncia una “parálisis” institucional y normativa en política migratoria

MADRID
SERVIMEDIA

La política migratoria nacional está perdiendo relevancia en España “hasta convertirse casi en un asunto de mera gestión administrativa, en un contexto de inacción normativa y parálisis política en materia de integración”.

Es una de las conclusiones del ‘Anuario de la Ia Inmigración en España 2014’ del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (Cidob), presentado este miércoles en CaixaForum Madrid.

La octava edición de este anuario lleva por título 'Flujos cambiantes, atonía institucional'. Con esa definición de “atonía institucional”, los autores del informe han querido poner el acento en su análisis del pasado año migratorio sobre el excesivo “perfil bajo” que, a su juicio, tuvieron las políticas institucionales en este terreno, según explicó el sociológo Joaquín Arango.

Para este experto, salvo el reglamento de los centros de internamiento (CIES) y el Plan Intensivo de Nacionalidad Española, ha habido “una atonía” en las administraciones en materia migratoria que se ha traducido, por ejemplo, en que “siga sin ver la luz el Reglamento de la Ley de Asilo” y que “no se haya renovado el Plan de Ciudadanía e Integración”.

Las comunidades autónomas también “han participado de ese perfil bajo”, agregó Arango, que dijo que solo Andalucía y Cataluña aportaron algo relevante en este terreno con sus planes de integración.

"FATIGA"

Ramón Mahía, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Madrid, también consideró de lo más importante de 2014 la “fatiga institucional y normativa” en materia de inmigración. En su opinión, mientras la situación de los centros de estancia temporal de inmigrantes (CETIs) “siguió siendo muy mala”, igual que el ejercicio del derecho de asilo, el Gobierno se mostró activo, en cambio, en su idea de “legalizar, más que de esconder, las devoluciones en caliente”, rechazadas por las instituciones internacionales.

El anuario valora como positivo de la política migratoria en España la “persistencia un año más de la paz social y del bajo grado de politización de la cuestión migratoria en España –a pesar de los elevados niveles de desempleo–, en marcado contraste con el más tenso panorama observable en varios países europeos”.

Arango recordó que, según el barómetro del CIS de diciembre de 2014, menos de dos de cada cien entrevistados mencionaban la inmigración cuando se les preguntaba por los tres mayores problemas del país.

“Tampoco se ha asistido al ascenso de ningún partido o movimiento populista xenófobo semejante, por ejemplo, al UKIP del Reino Unido, al Frente Nacional francés o a los varios que proliferan a lo largo de Europa; ni se han observado síntomas de contagio de la retórica antiinmigración en los partidos mayoritarios”, indica el anuario.

El informe recoge las cifras oficiales que apuntan a un nuevo descenso del saldo migratorio en España. En 2014 el número de salidas de españoles y extranjeros superó en 102.308 al de llegadas: en términos brutos, se registraron 307.035 entradas migratorias frente a 409.343 salidas. Del total de los que emigraron al extranjero (409.343), 78.785 tenían la nacionalidad española (19,2%), y de ellos 50.249 habían nacido en España; el resto eran extranjeros (330.559).

La población extranjera residente en España en 2014 se sitúa en los 4.447.852, lo que supone un descenso de 229.207 personas (un 4,90%) con respecto a 2013. En buena medida este descenso se debe al efecto combinado de la (r)emigración de los extranjeros a otros países, o a sus países de origen, y al efecto de la adquisición de la nacionalidad que para este año 2014 ha alcanzado la cifra de 205.870 personas.

(SERVIMEDIA)
25 Nov 2015
JRN/gja