La encuesta, realizada el pasado mes de diciembre y hecha pública este martes, revela una caída en el conjunto de españoles que defienden la tauromaquia, que alcanzaba un 30% en marzo de 2013 según un sondeo realizado por el mismo instituto de opinión para Human Society International (HSI).

Por franjas de edad, el respaldo a los festejos taurinos alcanza el 7% de los encuestados entre 16 y 24 años, el 10% entre 16 y 34, y el 23% entre 35 y 65, en tanto que el rechazo es del 71% entre los españoles de 16 a 34 años y el 51% entre los de 35 y 65.

Dos de cada tres españoles (67%) afirman estar “poco” o “nada” orgullosos de vivir en un país donde la tauromaquia es una tradición cultural, porcentaje que aumenta al 84% entre los jóvenes de 16 a 24 años.

El 73% de los encuestados rechaza que el Gobierno español pueda utilizar fondos públicos para ayudar a la industria taurina, el mismo porcentaje de los que se oponen a que se emplee dinero público para promover la tauromaquia como parte del patrimonio nacional de España.

Por otro lado, la encuesta indica una elevada oposición a algunos festejos taurinos populares, como el Torneo del Toro de la Vega (apoyado por un 5% y rechazado por el 75%) y el Toro Jubilo de Medinaceli (7% de aprobación y 71% de oposición).

"La denostada tradición de la tauromaquia, así como cualquier otra forma de crueldad hacia los animales en nombre de la cultura, no es excusa para la tortura que implica. Y la tortura de animales no debería existir en ningún lugar mundo, y menos aún en una nación moderna y progresista como España”, afirmó Ruud Tombrock, director regional de World Animal Protection.

Esta organización instó a los dirigentes políticos a que tomen la determinación de que “2016 sea el último año en el que estas desafortunadas tradiciones tengan lugar”. “Todos los partidos políticos deberían asumir un nuevo compromiso para poner fin a la crueldad no sólo de las corridas de toros, sino de todos los demás festejos en los que los animales son tratados con crueldad, aterrorizados, humillados y torturados. Esto incluye el Toro de la Vega, donde hombres a pie y a caballo armados con lanzas con puntas de acero acosan a un toro hasta su muerte, y el Toro de Jubilo, donde a un toro inmovilizado se le fija material inflamable a los cuernos para luego prenderle fuego”, apuntó.

Por su parte, Marta Esteban, presidenta de la Plataforma La Tortura no Es Cultura”, recalcó que la tauromaquia está “herida de muerte en España y en los próximos cinco años veremos cómo se derrumba”, al tiempo que indicó que la asistencia a las corridas de toros ha descendido en un 54% desde 2007, según la estadísticas del Gobierno. “Sólo subsiste gracias a las subvenciones, que también se está consiguiendo eliminar a medida que más partidos políticos escuchan y responden a la demanda ciudadana”, concluyó.