El aumento del CO2 en la atmósfera puede beneficiar a la agricultura, según la NASA
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Las concentraciones elevadas de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera pueden aumentar la eficiencia en el uso del agua en algunos cultivos y mitigar considerablemente las pérdidas de rendimiento de las cosechas debido al cambio climático, según un nuevo estudio de la NASA.
Esta investigación, publicada en la revista ‘Nature Climate Change’, señala que, de esta forma, hay una cierta compensación ante los impactos adversos de las temperaturas extremas y la escasez de agua causados por el aumento de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.
Algunos estudios han demostrado que concentraciones más altas de CO2 atmosférico afectan a los cultivos de dos maneras importantes: mejoran las cosechas al aumentar la tasa de fotosíntesis, que estimula el crecimiento de las plantas, y reducen la cantidad de pérdidas de agua a través de la transpiración.
Las plantas transpiran por sus hojas, que contienen poros diminutos llamados estomas, los cuales se abren y recogen moléculas de CO2 para la fotosíntesis. Durante ese proceso se libera vapor de agua. A medida que suben las concentraciones de dióxido de carbono, los poros no se abren tanto, lo que se traduce en una menor transpiración y, por tanto, un uso más eficiente del agua.
Las evaluaciones globales de la influencia del clima en los cultivos se han centrado principalmente en los impactos del CO2 atmosférico en el rendimiento de las cosechas, según Delphine Deryng, autora principal del estudio y climatóloga del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA en Nueva York (Estados Unidos).
"Ha habido muy pocos análisis de evaluación de impactos que hayan examinado el efecto sobre el rendimiento y el uso del agua, y el papel que desempeñan en diferentes regiones del mundo, que es fundamental para anticiparse a las demandas futuras de agua agrícola”, señala.
Deryng y su equipo estudiaron esos efectos en cultivos de trigo, maíz, soja y arroz simulando los cambios en el rendimiento agrícola y la evapotranspiración (vapor de agua del suelo que vuelve a la atmósfera por la evaporación y la transpiración de las plantas) para calcular la productividad hídrica. En concreto, analizaron la cantidad de rendimiento producido por unidad de agua, que es una medida común para evaluar la eficiencia en el uso del agua en las cosechas.
EL DOBLE DE CO2
Los investigadores utilizaron 30 simulaciones producidas en cinco modelos climáticos globales diferentes en un escenario de emisiones de gases de efecto invernadero como el actual, esto es, con concentraciones de CO2 que se duplicarán en 2080 en comparación con 2000.
Realizaron dos tipos de experimentos en cultivos: uno que considera los efectos de las concentraciones atmosféricas de CO2 y sus cambios climáticos asociados, y otro que tiene en cuenta sólo las condiciones climáticas y mantiene las concentraciones de dióxido de carbono a niveles de 2000.
Los resultados muestran que los rendimientos de los cuatro cultivos que crecen en niveles de CO2 de 2000 experimentan graven caídas en el rendimiento por altas temperaturas y condiciones más secas, pero si se cultiva con el doble de concentraciones de dióxido de carbono las cosechas mejoran por el aumento de la fotosíntesis y la productividad del agua agrícola.
Concretamente, los impactos climáticos negativos son totalmente compensados en los cultivos de trigo y soja, los de arroz recuperan hasta un 90% sus pérdidas de rendimiento y los de maíz, un 60%.
El impacto en un escenario del doble de concentraciones de CO2 en la productividad hídrica y el rendimiento de los cultivos varía según la región. Así, el maíz sufre pérdidas de rendimiento del 15% en áreas que utilizan el riego y un 8% en las que dependen de la lluvia, pero serían más graves sin el incremento del CO2, puesto que disminuiría un 21% en el maíz de regadío y un 26% en el de temporada. En este caso, la mejor eficiencia en el uso del agua se notaría en regiones como el sur de África.
En cuanto al trigo, aumentaría su rendimiento en todos los ámbitos si se duplican los niveles de CO2, concretamente casi un 10% en las latitudes más altas, como Estados Unidos, Canadá y Europa, mientras que el de climas más áridos, como el sur de África y la India, mejorarían en un 8%.
(SERVIMEDIA)
04 Mayo 2016
MGR/gja