El turismo amenaza 'El Mundo Perdido’ de Conan Doyle

MADRID
SERVIMEDIA

Científicos del ICTJA-CSIC y de la Universidad de Barcelona alertaron este viernes del peligro que la actividad turística supone para los ecosistemas ‘del Escudo de la Guayana’, una de las pocas zonas vírgenes del planeta que sirvió de escenario para que el escritor Arthur Conan Doyle ambientara su novela ‘El Mundo Perdido’.

Según explica el CSIC, la presencia de plantas invasoras y aguas contaminadas en la cima del tepui Roraima (montaña que se extiende por Venezuela, Guyana y Brasil) supone uno de los primeros signos del impacto de la actividad humana en una zona que hasta ahora se había mantenido inalterada.

La forma de estas elevaciones (mesetas tabulares delimitadas por altos acantilados) ha favorecido el aislamiento de las comunidades naturales en su parte superior. Conocidas como tepuis, tan aisladas están las cimas de estas montañas que el escritor Arthur Conan Doyle situó a los dinosaurios de su novela 'El Mundo Perdido' en una de ellas, el tepui Roraima (uno de los pocos a los que aún se permite el acceso de turistas).

Según los científicos, estas mesetas son auténticos laboratorios naturales para estudiar el origen y la evolución de las biotas y ecosistemas neotropicales, pero creen que están ahora en peligro, amenazados por la cada vez más intensa actividad humana, sobre todo la derivada del turismo, según alertaron los investigadores Valentí Rull, del Instituto de Ciencias de la Tierra; Jaume Almera (ICTJA-CSIC); Teresa Vegas-Vilarrúbia y Elisabet Safont, del Departamento de Biologia Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Universitat de Barcelona (UB).

En un artículo publicado en la revista Diversity and Distributions, propusieron una regulación específica ante “las primeras señales del impacto de la acción del hombre sobre los ecosistemas del tepui Roraima: la presencia de plantas invasoras y de aguas contaminadas por bacterias fecales de orígen humano”.

PRIMEROS SÍNTOMAS

Los autores recordaron que una investigación anterior ya identificó hasta 13 plantas de carácter exótico introducidas por el hombre en la parte superior del Roraima, entre las que figuraban dos especies vegetales conocidas por su capacidad invasora: las gramíneas Polypogon elongatus y Poa annua.

También apuntaron que hasta ahora "las poblaciones de la Polypogon elongatus eran pequeñas y localizadas, pero que ya empiezan a mostrar patrones de comportamiento y crecimiento como para ser consideradas una planta invasora".

"Las semillas de estas especies pueden ser transportadas por el viento, el agua o los animales”, prosiguieron, así que el riesgo de colonizar otros tepuis es alto", con “consecuencias que podrían ser devastadoras para la flora y la vegetación de estas formaciones montañosas".

El artículo también revela que investigaciones en curso ya han detectado diferentes bacterias en las aguas que discurren por la cima del Roraima, entre ellas Helicobacter pylori, presente en el sistema intestinal humano y causante de gastritis y otras enfermedades, incluidos algunos tipos de cáncer.

Los autores atribuyeron la presencia de esta bacteria a los turistas que visitan el tepui, ya que las muestras de agua contaminada se recogieron en las inmediaciones de los campamentos habilitados en la cima de la montaña”.

"Estas bacterias podrían seguir el curso del agua hasta las tierras bajas y el Roraima se convertiría en un foco de infección en una región en la que la prevalencia de Helicobacter pylori es baja, tan solo de un 11%", avisaron.

Rull reconoció que "aún se está a tiempo de revertir esta situación", pero advirtió que "es necesario actuar con urgencia, pues “de lo contrario las amenazas que ahora son incipientes se volverán incontrolables. Si esto ocurre, estamos en peligro de perder uno de los pocos biomas todavía vírgenes que quedan en el planeta", concluyó.

(SERVIMEDIA)
19 Ago 2016
AGQ/gja