La iniciativa, en el marco de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, que se conmemora el 7 de octubre, se desarrollará en más de 40 ciudades españolas.

Según afirmaron este martes las entidades católicas en un comunicado conjunto, el trabajo decente refleja las prioridades de la agenda social, económica y política de los países y del sistema internacional y es “un elemento fundamental para alcanzar una globalización justa, reducir de la pobreza y obtener desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible”.

Las entidades piden que el trabajo se realice en “condiciones dignas para la persona”, algo que, según ellas, “se ve seriamente dificultado por el actual modelo socioeconómico”.

Desde su perspectiva, la defensa del trabajo decente implica “poner en el centro a la persona y romper la actual lógica de pensar y organizar el trabajo desde lo económico y los intereses de unos pocos” y que, entre otras cuestiones, el acceso a derechos humanos como la sanidad, la vivienda o la educación no esté condicionado a tener un empleo.