Según informó este miércoles Aldeas Infantiles SOS en un comunicado, la decisión de regresar se ha tomado tras valorar las condiciones de seguridad. “La situación es segura por el momento y los grupos armados han abandonado las zonas cercanas a la Aldea”, sostiene Rani Rahmo, director nacional de la organización en Siria.

El pasado 27 de septiembre, los 156 niños y jóvenes y los 46 trabajadores fueron evacuados de la aldea sin incidentes y trasladados a un lugar seguro. Horas después del desalojo, varios proyectiles impactaron sobre el recinto. No hubo heridos y los impactos ocasionaron pocos daños materiales. Al día siguiente, fuerzas del Gobierno sirio tomaron el control de la aldea y llevaron allí equipamiento militar.

Una vez abandonada por los grupos armados, se organizó el regreso, iniciativa que los niños han tomado “con entusiasmo”. Ahora, las ‘madres SOS’ (educadoras permanentes) están intentando devolverles la sensación de normalidad con la ayuda de un psicólogo. Para algunos de los niños y empleados no era su primera evacuación.

Veinte de ellos estaban entre los más de sesenta niños y ocho ‘madres SOS’ que fueron reubicados de la ahora cerrada Aldea Infantil SOS de Alepo, en septiembre de 2012. “Los niños que vinieron desde Alepo pensaban que sería imposible volver a la Aldea de Damasco y que la perderían igual que perdieron su antiguo hogar”, sostiene Rahmo, que considera que “el regreso a casa les ha devuelto la esperanza”.

Por otra parte, el jefe de operaciones de Aldeas Infantiles SOS Internacional, Carsten Völz, asegura en un comunicado oficial que su intención es no abandonar Siria: “Hemos trabajado durante más de 30 años para proporcionar cuidado y protección a niños vulnerables y continuaremos haciéndolo. Aldeas Infantiles SOS urge a todas las partes en conflicto a respetar los derechos de los niños”.