Asociaciones de trece países constituyen la Federación Iberoamericana de síndrome de Down

GRANADA
SERVIMEDIA

Asociaciones de personas con síndrome de Down de trece países (Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, España, México, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela) constituyeron este domingo la Federación Iberoamericana de Síndrome de Down.

Veinticuatro representantes de estas asociaciones firmaron el acta fundacional de esta Federación en un acto presidido por el secretario de Down España, Antonio Ventura Díaz, y en el que también participaron la directora de la División de Exteriores de la Secretaría General Iberoamericana, Mª Salvadora Ortiz; la vicepresidenta 1ª de la Diputación de Granada, Juana Mª Rodríguez; el presidente de Down Andalucía, Enrique Rosell y un representante de la Asociación Down de Monterrey A.C., Juan Carlos Tolentino.

Díaz declaró que "esta nueva organización nace con el objetivo de convertirse en un foro permanente de encuentro, cooperación e intercambio de experiencias, para conseguir la mejora de la calidad de vida de las personas con esta discapacidad".

Asimismo, informó que esta Federación constituirá "una herramienta de unión y cohesión, que fomentará la creación y el desarrollo de programas operativos e investigaciones comunes y luchará por una mejor defensa de los derechos de estas personas".

Por su parte, María Salvadora Ortiz, focalizó la atención en "la falta de compromiso por parte de las Administraciones latinoamericanas en cuanto a la asignación de recursos que permitan la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad".

Asimismo, informó de que en Iberoamérica viven 85 millones de personas con discapacidad, lo que supone el 80% del total de la población mundial con discapacidad.

Previamente, el presidente honorario de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra), Luis Bulit, recordó que el movimiento asociativo "no son unas entidades aisladas", sino "un área de acción de la sociedad civil" que, como tal, "debe incidir en las políticas públicas, no sólo para cambiar las legislaciones, si no para cambiar la cultura de la ciudadanía".

Además, destacó la importancia de compartir no sólo las buenas prácticas, si no también las malas, "para no repetir errores, ya que en una sociedad global como la nuestra, los fracasos son compartidos". Igualmente, apuntó que estas buenas prácticas no deben tomarse como "recetas universales", si no "como criterios de orientación" para elaborar otras que se adapten a las necesidades específicas de cada discapacidad y cada país o región.

(SERVIMEDIA)
02 Mayo 2010
MLC/jmg