Así lo expresó el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde remarcó que esta es “la legislatura del diálogo” e insistió en que el Gabinete de Mariano Rajoy mantendrá el “estilo” de hacer una política “de mano tendida”.

No obstante, avisó de que “hay que actuar” para que las reformas pasen de ser una aspiración a una realidad. “El Gobierno impulsará aquellas reformas que crea que benefician al conjunto de los ciudadanos españoles y los acuerdos que se logren deben responder a la realidad de su viabilidad financiera”, señaló.

Dicho esto, el también ministro de Educación reclamó “desterrar posturas partidistas e irreductibles” y superar también las “posiciones radicales y extremistas”. “Este Gobierno no quiere cheches en blanco, sino un compromiso por el diálogo”, precisó.

“España es hoy un país más fuerte y cohesionado que al empezar 2011”, declaró, antes de señalar que ahora hay más “solidez” en el plano económico, institucional y político. “El deseo del Gobierno es que haya una legislatura larga y estable que consolide la recuperación y alumbre grandes reformas por consenso”, concluyó.