La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta fundamentalmente a las articulaciones de la columna vertebral, las cuales tienden a soldarse entre sí, provocando una limitación de la movilidad. Por ello, SER recomienda la práctica deportiva, "que permite la extensión de la espalda, y que mantiene la movilidad de los hombros y caderas".

Incluida en el grupo de enfermedades reumáticas denominadas espondiloartritis, se sabe que la genética juega un papel importante para favorecer su aparición. Según los últimos datos del estudio Episer, su prevalencia es del 0,26% de la población adulta en España, aunque por ahora se desconoce la causa de esta dolencia.

Según dicha sociedad científica, aunque actualmente no existe ningún tratamiento capaz de curar definitivamente la enfermedad, sí existen una serie de medicamentos eficaces y técnicas de rehabilitación que alivian el dolor y permiten una buena movilidad para preservar la calidad de vida de los pacientes.

El término anquilosante, que se incluye en el nombre de la enfermedad, proviene del griego “ankylos”, que significa soldadura. Como resultado final se produce una pérdida de flexibilidad de la columna, quedándose rígida y fusionada, e influyendo en la calidad de vida de los pacientes.