Los jóvenes realizaron los cursos durante su tiempo y libre y la asistencia fue voluntaria, segú informó un portavoz del Ministerio de Defensa.

El total de horas de formación recibidas por cada soldado fue de 225, repartidas en cuatro meses. Las enseñanzas impartidas incluyeron clases de fontanería, albañilería, soldadura, seguridad y vigilancia, cocina, hostelería (camarero) y jardinería.

La obtención de estas certificaciones de profesionalidad responden al convenio firmado el 9 de octubre de 1989 entre los ministerios de Defensa y de Trabajo, para aplicar en las Fuerzas Armadas el Plan Naional de Formación e Inserción Profesional (Plan FIP).

El convenio pretende promocionar un conjunto de acciones formativas para la insersión profesional de los jóvenes dentro del programa de Formación Ocupacional y facilitar su acceso al mercado de trabajo una vez finalizada la "mili".