Los babuinos intimidan sexualmente a las hembras para controlarlas

MADRID
SERVIMEDIA

Los babuinos machos utilizan la intimidación sexual a largo plazo para controlar a sus compañeras a la hora de aparearse, principalmente a las que son fértiles en lugar de las que están embarazadas o tienen crías lactantes.

Ésta es la conclusión principal de un estudio realizado por Alice Baniel, del Instituto de Estudios Avanzados de Toulouse (Francia); Guy Cowlishaw, de la Sociedad Zoológica de Londres (Reino Unido), y Elise Huchard, del Instituto de Ciencias de la Evolución de Montpellier (Francia), después de observar durante cuatro años los hábitos de apareamiento de babuinos chacma (‘Papio ursinus’) que viven en estado salvaje en Namibia.

El estudio, publicado en la revista ‘Current Biology’, sugiere que esta estrategia de apareamiento tiene una larga historia entre los primates, entre ellos los humanos, y puede estar extendida en mamíferos sociales, sobre todo cuando los machos de una especie son más grandes que las hembras.

Ya era conocido que la intimidación sexual se producía en grupos de chimpancés, pero es la primera vez que se demuestra que esta estrategia se da también en babuinos.

“Este estudio se suma a la creciente evidencia de que los machos utilizan tácticas coercitivas para restringir las decisiones de apareamiento femenino, cuestionando así la extensión de la libertad sexual dejada para las hembras en esas sociedades y sugiriendo que la intimidación sexual tiene una larga historia evolutiva en los primates, grupo que, por supuesto, incluye a los seres humanos”, explica Alice Baniel.

Los investigadores sintieron curiosidad por la conducta violenta y la intimidación sexual de los babuinos machos que viven en Namibia, en parte porque nadie había sido testigo de que alguno de ellos forzara a una hembra a aparearse con él, y se preguntaron si los machos podrían estar forzando a las hembras de una manera menos obvia.

“Cuando estaba en el campo y observando a los babuinos, a menudo me di cuenta de que los machos estaban realizando ataques no provocados o persecuciones hacia hembras en celo”, afirma Baniel, quien añade que “también mantuvieron cercanía y formaron un fuerte vínculo social con las hembras en ovulación, desde el principio de su ciclo hasta el final”.

A LARGO PLAZO

Baniel también notó que los machos eran a menudo agresivos con sus parejas en esas relaciones y se preguntó si ese comportamiento violento les compensaba para tener más éxito a largo plazo en el apareamiento.

Los investigadores recopilaron datos durante cuatro años en dos grandes grupos de babuinos y encontraron que las hembras fértiles sufrían más agresiones que las embarazadas y las lactantes. De hecho, esos comportamientos violentos eran una causa importante de lesiones entre las hembras fértiles y los machos que eran más agresivos hacia una hembra en concreto tenían más posibilidades de aparearse con ella cuando estaba cerca de su ovulación.

El estudio señala que los machos no parecían acosar a las hembras en el apareamiento o castigarlas poco después, sino que su actitud violenta era a largo plazo porque atacan y persiguen a las hembras repetidas veces en las semanas que preceden a su ovulación con el fin de aumentar sus posibilidades de monopolizar el acceso sexual a ellas en el momento preciso. Los investigadores recalcan que ese comportamiento “puede ser visto como una forma de intimidación sexual a largo plazo”.

Baniel apunta que, “debido a que la intimidación sexual -donde la agresión y los apareamientos no están agrupados en el tiempo- es discreta, puede pasar fácilmente desapercibida”, por lo que “puede ser más común de lo que previamente se aprecia en las sociedades de mamíferos y restringir la sexualidad femenina incluso en algunas especies donde parecen disfrutar de relativa libertad”.

(SERVIMEDIA)
07 Jul 2017
MGR/man