“Millones de niños en Sudán del Sur están sufriendo dificultades inimaginables y un retroceso de su educación, nutrición, salud y derechos”, afirmó el representante de la agencia de Naciones Unidas para la Infancia en Sudán del Sur, Mahimbo Mdoe.

A esto se suman las dificultades para proteger a los menores en las escuelas, pues directamente unos 2,2 millones no van al colegio con un 70% de niños sin escolarizar. Y es que tan siquiera las escuelas garantizan seguridad, pues un tercio de ellas han sido atacadas por grupos armados, según Unicef.

Al menos 2.500 niños han sido asesinados o heridos desde que estalló el conflicto en diciembre de 2013, habiéndose registrado 254 incidentes de violaciones y agresiones sexuales contra nmenores. Más de 17.000 niños están en las filas de grupos y fuerzas armadas de Sudán del Sur y el reclutamiento continúa.

Según la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria realizada el mes de junio, seis millones de personas –más de la mitad de la población- están en situación de inseguridad alimentaria, mientras que se estima que 1,1 millones de niños sufren desnutrición aguda; 290.000, desnutrición aguda grave.

“Estos niños tienen nueve veces más probabilidades de morir que un niño bien nutrido”, manifestó la organización humanitaria, que también reconoció que “la situación de hambruna se ha atenuado” pero “no podemos bajar la guardia”. De hecho, “las tasas de desnutrición infantil siguen siendo alarmantes y los niños están marcados por una violencia constante”.

Las enfermedades son otra de las inseguridades que presenta el país para la infancia, ya que “los sistemas de salud, de agua y saneamiento están al borde del colapso, lo cual deja a los niños expuestos a virus mortales como el que provoca el sarampión y enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera”.