Según informó Asedas, estos incrementos llegan a producirse en determinadas zonas de Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Murcia y la Comunidad Valenciana.

Asedas añade que el impacto económico de esta actividad se refleja en varios sectores de producción alimentaria local o nacional, básicamente, bodega, panadería y fruta.

Además, destaca que la venta de vinos en la costa duplica a la que se produce en los supermercados del interior y arrastra a otras categorías como son la carne y la charcutería, los quesos y los snacks.

En cuanto al consumo de fruta de temporada en las zonas costeras, Asedas valora que también se dispara hasta más del doble de lo habitual, con el factor calidad-precio como el más apreciado por los visitantes internacionales.

Por otro lado, explica que los supermercados realizan un gran esfuerzo logístico para abastecerse de productos originarios de Gran Bretaña, Alemania, Rusia y Holanda, que es el origen de los turistas que más demandan productos de sus países. De hecho, el surtido de muchas tiendas se modifica hasta en un 30% para responder a la demanda de estos consumidores.