El Ártico acaba el verano con su octavo nivel de hielo más bajo desde 1979

MADRID
SERVIMEDIA

La capa de hielo del océano Ártico ha llegado al final de la temporada de fusión al alcanzar su extensión mínima anual el pasado 13 de septiembre con 4,64 millones de kilómetros cuadrados, lo que supone la octava cantidad más baja desde que en 1979 comenzara el registro histórico por satélite.

Así lo asegura el Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve (NSIDC, en sus siglas en inglés), que pertenece al Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales (CIRES) de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) y está apoyado por la NASA.

El hielo marino del Ártico, que es la capa de agua congelada que cubre gran parte del océano Ártico y los mares vecinos, se conoce a menudo como el acondicionador de aire del planeta porque su superficie blanca devuelve la energía solar al espacio y enfría así el globo.

Ese casquete de hielo marino cambia con las estaciones, puesto que crece en otoño y en invierno, y disminuye en primavera y en verano. Su extensión mínima veraniega, que ocurre típicamente en septiembre, ha estado disminuyendo a un ritmo rápido desde finales de los años 70 debido al aumento de las temperaturas.

Este año, las temperaturas en el Ártico han sido relativamente suaves para esas latitudes tan altas e incluso más frías que el promedio en algunas regiones. Aún así, la extensión mínima de hielo marino en 2017 se ha situado 1,58 millones de kilómetros cuadrados por debajo de la media entre 1981 y 2010.

"La cantidad de hielo que queda al final del verano en un año determinado depende del estado de la capa de hielo a principios del año y de las condiciones climáticas que afectan al hielo", apunta Claire Parkinson, climatóloga del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA.

Parkinson añade que "las condiciones climáticas no han sido particularmente dignas de mención este verano y el hecho de que todavía terminamos con bajas extensiones de hielo marino es porque las condiciones básicas de hielo hoy son peores que hace 38 años".

Los tres años con las capas más bajas de hielo en el Ártico (2012, 2016 y 2007) experimentaron fuertes tormentas de verano que golpearon la cubierta de hielo y aceleraron su derretimiento. "En todos estos casos, las condiciones meteorológicas contribuyeron a la reducción de la cobertura de hielo, pero si el mismo sistema climático hubiera ocurrido hace tres décadas es muy improbable que hubiera causado tanto daño a la cubierta de hielo marino. Entonces, el hielo era más grueso y cubrió más completamente la región, por lo que la hacía más capaz de resistir tormentas, explica Parkinson.

ANTÁRTIDA

Al otro lado del planeta, la Antártida se dirige a su extensión máxima anual de hielo marino, lo que sucede habitualmente en septiembre o principios de octubre. La de este año es probable que se encuentre entre las ocho más bajas del registro satelital después de que 2012, 2013 y 2014 tuvieran máximos históricos consecutivos, seguidos de un repentino descenso en 2015 y otra disminución en 2016. Hasta el momento, las extensiones de hielo de septiembre en la Antártida de 2017 son comparables a las de hace un año.

"Lo que más sorprendió sobre la cobertura cambiante del hielo marino en las últimas tres décadas fue el hecho de que el hielo marino antártico estaba aumentando en lugar de disminuir", apunta Parkinson, quien añade que los recientes descensos no son tan impactantes debido al calentamiento global, aunque la tasa global de disminuciones fue mayor de lo que la mayoría de los modelos habían pronosticado.

Parkinson señala que, aunque es demasiado pronto para hablar de un cambio a largo plazo en el comportamiento del hielo marino antártico, las disminuciones observadas en los últimos dos años proporcionan datos importantes para probar las diversas hipótesis que los científicos han presentado para explicar por qué en general había aumentado la cobertura de hielo marino en la Antártida entre 1979 y 2015.

(SERVIMEDIA)
20 Sep 2017
MGR/jrn