El ataque tuvo lugar el pasado 17 de diciembre en la comunidad de Al-Ma'jalah, en el área de Abyan (sur de Yemen). Amnistía ha pedido información al Pentágono sobre este incidente, pero, según aseguró, no ha obtenido respuesta.

El director adjunto de Amnistía Internacional en Oriente Medio y África del Norte, Philip Luther, subrayó que "un ataque militar de este tipo contra supuestos militantes (de Al Qaeda) sin un intento de detenerlos es cuanto menos ilegal en sí mismo".

"El hecho de que muchas de las víctimas en realidad fueran mujeres y niños indican que el ataque fue, de hecho, extremadamente irresponsable, especialmente teniendo en cuenta la probable utilización de las municiones de racimo", añadió.

Las fotografías difundidas por Amnistía muestran una bomba de racimo sin estallar lanzada desde un misil de crucero Tomahawk BGM-109 D, parte de la unidad de propulsión de misiles Tomahawk y una parte del misil de crucero Tomahawk BGM-109 D, probablemente la sección de combustible del tanque.

Según Amnistía, este tipo de misiles, lanzados desde un buque de guerra o un submarino, está diseñado para transportar una carga útil de 166 bombas de racimo, cada una de las cuales puede estallar en más de 200 fragmentos de acero afilado que pueden causar lesiones a más de 150 metros de distancia.

"Amnistía Internacional siente una honda preocupación por la evidencia de que las municiones de racimo parecen haber sido utilizadas en Yemen, cuando la mayoría de los países de todo el mundo se han comprometido a prohibir estas armas", dijo Mike Lewis, investigador sobre control de armamentos de de Amnistía Internacional.

Estados Unidos y Yemen no han firmado la Convención sobre Municiones en Racimo, un tratado destinado a prohibir ampliamente este tipo de armas y que está previsto que entre en vigor el próximo 1 de agosto.