Fuentes del Consistorio barcelonés subrayaron que esta decisión se ha tomado después de haberse reunido la Comisión Política de Inmigración, en la que están representados todos los grupos políticos municipales, y de una forma "muy rigurosa, con un informe jurídico encima de la mesa".

Se trata de un documento que el Consistorio había encargado a los servicios jurídicos municipales para que se estableciera "qué se puede regular y qué no se puede regular" en esta materia.

El informe jurídico, indicaron las citadas fuentes, ha determinado finalmente que "no se puede regular este derecho en la vía pública, en la calle, pero sí se puede en los equipamientos municipales, y es lo que ha hecho el Ayuntamiento".

Esto se ha decidido así porque "Barcelona está por la convivencia y la diversidad, tiene un plan intercultural donde se dice que hay que convivir en la diversidad, y el burka y el niqab son elementos contrarios a esta integración".