El sistema de la Pontificia de Salamanca para leer prospectos con el móvil gana el NFC Forum Global Competition 2010

- Por "enriquecer y simplificar la vida de las personas"

MADRID
SERVIMEDIA

El sistema diseñado por alumnos y profesores de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) que permite conocer los datos más útiles de un prospecto a una persona ciega con sólo acercar su teléfono móvil a la caja del medicamento ha obtenido el primer premio en la tercera edición del NFC Forum Global Competition 2010, dotado con 5.000 euros.

El fallo del jurado se dio a conocer en una ceremonia celebrada este lunes por la noche en Karlshamn (Suecia), donde se valoró "la innovación, el potencial comercial y la futura implantación del proyecto", denominado PharmaFábula, según informó este martes la Pontificia de Salamanca.

La UPSA ha competido frente a 20 finalistas, entre los que se incluyen instituciones y centros tecnológicos de Alemania, Japón, Francia o Pakistán.

El jurado, formado por profesionales, expertos y patrocinadores, ha destacado que el proyecto de la UPSA "enriquece y simplifica la vida de las personas".

Debido a diversos contratiempos, el certamen celebró una primera parte el pasado mes de abril en Mónaco, donde la Pontificia de Salamanca defendió su candidatura.

El director de la aplicación, Miguel Ángel Sánchez, mostró hoy su satisfacción y valoró el trabajo de su equipo, destacando que "este galardón supone un reconocimiento a las ideas de los alumnos, muchas de ellas basadas en una mejora de la calidad de vida de las personas".

SISTEMA SENCILLO

El sistema, denominado PharmaFábula, es "sencillo", según explicó a Servimedia en su día Sánchez, quien apostó por que puedan beneficiarse de él el máximo número de personas posible.

Para poder utilizarlo, los usuarios deben tener un teléfono móvil con cámara de fotos o con tecnología NFC (Near Field Communication), que será lo que les permita leer la etiqueta inteligente que contenga el envase del fármaco.

En esta etiqueta aparece, simplemente, una dirección de Internet, en la que se almacena el contenido de los prospectos de los medicamentos que se hayan introducido, y un número correspondiente a la caja del fármaco que tiene el consumidor.

Cuando el teléfono, bien mediante la tecnología NFC, bien con la cámara fotográfica, reconoce la etiqueta, entra en la web y lee el contenido del prospecto del fármaco.

El dígito que acompaña a la dirección web es la llave de un archivo con información específica para el usuario que se ha introducido en la farmacia y que puede ser, por ejemplo, la posología que debe seguir ese paciente concreto. Se accede a él, igualmente, acercando el teléfono a la etiqueta.

Lo ideal para el coordinador de este proyecto, que ya han probado con satisfacción personas ciegas, según dijo, es que la información que se lea con este programa no sea todo el contenido del prospecto, sino los datos más útiles para el usuario, es decir, qué es, para qué sirve, cuándo caduca y cómo hay que tomarlo.

En cualquier caso, los datos concretos del prospecto que se introduzcan en el programa y su viabilidad se concretarán en la fase de trabajo que inician ahora los creadores del proyecto y los farmacéuticos de Salamanca.

Los boticarios serán los encargados de sacar la etiqueta inteligente correspondiente al fármaco que compre cada usuario y de pegarla en el envase.

(SERVIMEDIA)
22 Jun 2010
IGA/caa