Presidencia UE. Felipe González señala como “mejor jugada” de España la publicación de las pruebas de resistencia de los bancos

- Cuestiona que Europa entera se sume al ajuste y aboga por flexibilizar al alza la edad de jubilación

MADRID
SERVIMEDIA

El ex presidente del Gobierno Felipe González señaló hoy la decisión de publicar las pruebas de resistencia de los bancos como “la mejor jugada” de la Presidencia española de la Unión Europea, cuestionó que el continente entero se sume al ajuste frenando las políticas activas de inversión, y abogó abiertamente por flexibilizar al alza la edad de jubilación para garantizar la sostenibilidad de las pensiones.

González participó, junto al secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, en la presentación del libro “La UE ante los grandes retos del siglo XXI”, editado por la Fundación Alternativas y que contiene una síntesis de las conclusiones del grupo de reflexión presidido por el propio González que fueron presentadas recientemente a la Comisión Europea.

López Garrido había afirmado que la crisis económica ha pillado a Europa con escasez de “densidad de poder político” y González habló abiertamente del “ensimismamiento” en el que ha estado sumida la UE como germen de sus dificultades para detectar la amenaza.

Como conclusión esencial, González llamó a los dirigentes europeos a recuperar la “política con mayúsculas” para garantizar los mercados se adaptan a las reglas diseñadas por ella, y en ese sentido sentenció que la publicación de esas pruebas ha sido “la mejor jugada” del semestre de Presidencia española.

Aflorar la contabilidad de los diferentes sistemas financieros será fundamental para asentar esas reglas, aseguró, a pesar del escepticismo que genera el convencimiento de que algunos países sólo accederán a esa publicación cuando comprueben que mantener la incertidumbre es “peor” que reconocer la situación real de sus bancos.

González aseguró que en España “hay cosas que se han hecho mal” y él no está por la labor de perder la libertad para decirlo, entre ellas, reiteró que no se ha explicado bien a los ciudadanos cómo se ha pasado del superávit en las cuentas públicas a once puntos de déficit.

Sin embargo, alertó, es toda Europa la que está “muriendo de éxito” al pretender mantener un modelo de economía social de mercado que fue exitoso a finales del xiglo XX pero que no se ha adaptado al cambio del mundo.

Mantener ese modelo, advirtió González, requiere sostenibilidad ambiental y la suficiente competitividad ante el resto del mundo como para poder sufragar el estado del bienestar.

González denunció que no ha habido respuesta “coordinada y a tiempo” de la UE a la crisis, sino que han reaccionado los Estados y después han solicitado ayuda de las instituciones para no dejar al descubierto el incumplimiento de los tratados que prohíben determinadas ayudas públicas.

Parte del problema, sentenció, es que los Estados no dejan actuar a la Comisión pero al mismo tiempo le reprochan su falta de actuación, y que una vez que los mercados han recurrido a los políticos para ser rescatados, ya están reclamando que la política se aparte de nuevo. Y si se aparta sin haber regulados los mercados, advirtió, se estará incubando la siguiente crisis financiera.

PASOS "TÍMIDOS"

En el actual escenario, González abogó por garantizar la gobernanza económica de Europa, para lo cual aseguró que no es necesario reformar ningún tratado sino aplicar voluntad política, y juzgó “relativamente tímidos” los pasos dados en ese sentido en la última reunión del Consejo Europeo.

En segundo lugar, defendió que se mantengan las políticas activas desde Europa, a pesar de que algunos países, como España, tengan que entrar de lleno en un plan de ajuste porque han perdido el margen de maniobra para promover inversiones.

No hay ninguna demostración, afirmó en ese sentido, de que un ajuste al mismo tiempo de toda Europa, incluida Alemania que no tenía “ninguna necesidad” de hacerlo, sirva realmente para fomentar después una recuperación también en bloque.

Felipe González alertó además de la necesidad de gobernar “regulando el sistema financiero” y emplazó a Europa a tomar medidas en ese sentido sin escudarse en que lo haga o no el G20.

Por último, se mostró partidario de revisar la productividad por hora de trabajo y de vincular la retribución al esfuerzo, ante la constatación de que no es sostenible vivir treinta años más que hace décadas pero trabajar diez años menos, y de que en la sociedad europea actual “abusamos del Estado de bienestar”.

Aseguró, en este punto, que no conoce a ninguna mujer que se plantee tener un hijo por 2.500 euros, pero sí se lo plantearía con más asistencia y garantía de escuela infantil, y abogó por incorporar más mujeres al mercado laboral con incentivos a la natalidad compatible con el trabajo, y por flexibilizar al alza la edad de jubilación, de forma que “los viejos sigamos trabajando si queremos”.

Esa nueva política demográfica requiere también, en su opinión, abordar “en serio” el desafío de la inmigración, sobre la base de que “ni es barra libre” ni se puede negar que muchos países europeos mantienen sus sistemas de pensiones gracias a las contribuciones de los inmigrantes.

(SERVIMEDIA)
24 Jun 2010
CLC/lmb