Aagesen hizo esas consideraciones en un vídeo grabado en Nairobi (Nigeria), donde este viernes concluye la VII Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, conocida como UNEA-7.

París alumbró el 12 de diciembre de 2015 un histórico pacto mundial contra el cambio climático al ser adoptado por 195 países y la UE con el propósito fundamental de que el planeta no se caliente más de dos grados respecto a la era preindustrial y de hacer esfuerzos para limitar el calentamiento a 1,5 grados.

Para ello, todos los países se comprometieron a presentar compromisos para que las emisiones de gases que calientan el planeta alcancen su punto máximo “lo antes posible”.

“Hace 10 años dimos un paso decisivo con la adopción del Acuerdo de París. Dejamos atrás esfuerzos fragmentados y establecimos por primera vez un marco común para la acción climática global. Y hoy podemos afirmarlo: el Acuerdo de París funciona”, comentó.

DOBLAR LA CURVA

Aagesen señaló que antes de ese pacto en la capital francesa se proyectaba un aumento de emisiones de un 48% para 2035. “Gracias a todas las nuevas contribuciones que se presentaron antes de la COP de Belém, esas emisiones serían ahora un 12% inferiores a las del año 2019”, añadió.

Además, destacó que en una década se ha pasado de “prever un incremento de calentamiento de 4 grados a un rango entre 2,3 y 2,5 grados, con posibilidad de doblar la curva antes del año 2030 si se cumplen todos los compromisos”.

“El cambio climático es profundo. Más de 100 países ya tienen objetivos de neutralidad climática. La energía solar es hoy un 87% más barata. Las baterías un 90% y la inversión en energía limpia superó en el año 2024 los dos billones de dólares. Las renovables aportan casi un tercio de la electricidad mundial y más del 90% de la nueva capacidad instalada”, resumió.

Aagesen indicó que “París ha reconfigurado esas políticas, ha movilizado a las empresas, a los ciudadanos, a las ciudades, ha normalizado las metas” que señala la ciencia de limitar el calentamiento global a 1,5 grados y llegar a cero emisiones netas en 2050.

“Queda camino por delante, pero este aniversario deja claro algo esencial. Sin París estaríamos mucho más expuestos y menos preparados. No solo es un tratado, es una brújula, una guía, una transformación económica y tecnológica de nuestro tiempo. Sigamos acelerándolo”, concluyó.