Abascal hizo esta consideración en una entrevista en Esradio recogida por Servimedia, en la que explicó cómo afronta su partido las negociaciones tras hacerse con 13 escaños en las elecciones en Castilla y León de este domingo.

A este respecto, afirmó que es “realmente preocupante” que el PP pueda pensar que Vox apoyará a Mañueco “gratuitamente”, puesto que, tras los resultados obtenidos en los comicios de este domingo, tienen el “derecho y el deber” de entrar en el próximo Ejecutivo autonómico.

Advirtió de que se podría ir a una repetición electoral si los populares insisten en que Vox apoye la investidura de Mañueco sin nada a cambio. “Si ellos creen que van a someter a Vox y a su electorado un chantaje, pues estarán haciendo lo que filtraron antes de las elecciones, que es que van a una repetición electoral”, afirmó en referencia a que antes de los comicios se publicase que en el PP preferían volver a las urnas antes que gobernar con Vox en Castilla y León.

“MANDATO MUY CLARO”

Abascal argumentó que este 13-F los castellanoleoneses dieron un “mandato muy claro”, en el sentido de que había que alcanzar pactos de gobernabilidad. Apuntó que Vox sólo contempla la opción de gobernar con el PP, pero indicó que el partido de Pablo Casado puede hacerlo con ellos o con el PSOE.

Añadió que los 13 escaños que consiguieron este domingo suponen que tienen la “obligación” y la “responsabilidad” de entrar en el Ejecutivo castellanoleonés, aunque reconoció que tienen “serias discrepancias” programáticas con los populares. En todo caso, dejó claro que Vox tiene tantas “ganas” de gobernar con Mañueco como “ellos tienen de gobernar con nosotros”, pero afirmó que “en política hay que tomar partido hasta mancharse”.

Respecto a que el pasado domingo dijese que al cabeza de lista de Vox este 13-F, Juan García-Gallardo, se le estaba poniendo “cara de vicepresidente”, Abascal afirmó que era sólo un “comentario”, porque todavía “formalmente” no han exigido "nada", “ni una vicepresidencia ni un número de consejerías concretas”.

“Lo que hemos dicho”, afirmó, “es que queremos formar parte del Gobierno siempre que sea para un cambio de rumbo, que tiene que estar asentado para nosotros en nuestras preocupaciones políticas, que han sido las relativas a la industria, al campo y a la natalidad en Castilla y León. También a la legislación izquierdista que se ha sentado de la mano del PP en relación con la memoria histórica, con la batalla del género, que supone la discriminación a los hombres, y con la entrada de algunos 'lobbies' en los colegios”.