En su alegato final, esta acusación insistió en que la instrucción dada a la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, es “contraria a normativa y con finalidad torticera” y apuntó que “lo único que justifica” que se envíe esa documentación a la cuenta personal es “dejar la puerta abierta a, en caso de que sea necesario, como ha sido, poderlo borrar sin dejar rastro en la cuenta corporativa”.

El letrado explicó que la ley de normativa de Protección de Datos “llama a evitar” el uso de la cuenta personal y por tanto, entiende que la orden del fiscal “se dicta a sabiendas de que es injusta y, por tanto, constituye delito prevaricación”.

El fiscal general del Estado está siendo juzgado por un delito de revelación de secretos por la difusión de los correos electrónicos intercambiados entre la defensa de la pareja de Isabel Díaz Ayuso y el fiscal del caso, Julián Salto, con el objetivo de neutralizar el bulo del jefe de gabinete de la presidente madrileña, Miguel Ángel Rodríguez, quien afirmó que la fiscalía había ofrecido un pacto al empresario investigado por fraude fiscal, cuando fue al revés.

El abogado de Foro se refirió también al borrado de mensajes de los dispositivos de García Ortiz. “El borrado fue selectivo”, aseguró, “lo que anula la tesis de la defensa de que los borrados se hacían periódicamente para proteger los datos". "Además, cuando hay una investigación en marcha, los mensajes deben mantenerse, cosa que sabe cualquiera y más un fiscal general", detalles que a su entender hacen “inverosímil" la declaración del fiscal general.

Al igual que las anteriores acusaciones en intervenir, la acusación popular del Foro Libertad y Alternativa puso en tela de juicio la declaración de los periodistas. “Es evidente que hubo una dinámica de filtración”, aseveró, y añadió que se hizo salir al fiscal Salto de un partido de fútbol para que remitiera los correos porque “se quería que esa información estuviese esa misma noche en los medios de comunicación".

La Fundación Foro Libertad y Alternativa tampoco se cree el testimonio del periodista Miguel Ángel Campos, de la Cadena SER, el primero que publicó entrecomillados del correo filtrado, y aseguró que no es creíble” que lo tuviera porque hizo una cita errónea en su noticia.

Tampoco da esta acusación credibilidad al testimonio del periodista de 'elDiario.es' José Precedo, quien aseguró que tenía el correo el 6 de marzo pero no lo publicó por indicación de su fuente.