Todos ellos regresaban a España tras cumplir su misión en los destacamentos de Manas (Kirguizistán) y Kabul (Afganistán), enmarcados e las operaciones Libertad Duradera y Fuerza de Seguridad y Asistencia en Afganistán (ISAF).

Los 40 efectivos del Ejército de Tierra fallecidos estaban destinados en 12 unidades distintas con base en Burgos, Valencia y Madrid. Eran un teniente coronel (jefe del contingente), 4 comandantes, 6 capitanes, 4 tenientes, 1 subteniente, 7 brigadas, 7 sargentos primeros, 6 sargentos, 3 cabos primeros y 1 cabo.

En cuanto al Ejército del Aire, pertenecían al Ala 31, con base en Zaragoza, 1 teniente, 4 brigaas, 2 sargentos primeros, 1 sargento y 1 soldado.

También con base en Zaragoza, pero del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo, viajaban en el avión siniestrado 1 alférez, 1 subteniente, 3 sargentos primeros, 3 cabos primeros, 1 cabo y 3 soldados.

Por último, el comandante de la Guardia Civil también prestaba sus servicios en la ISAF.