El estudio se realizó con panfletos y vídeos que explicaban diferentes cuestiones médicas, como el entendimiento básico de enfermedades o sobre el tratamiento que el paciente debe recibir.

Las entrevistas posteriores pusieron de manifiesto que quienes vieron los vídeos estaban bien informados, mientras que quienes leyeron los panfletos no mostraban ninguna diferencia con quienes no habían rcibido ninguna información en absoluto.

El director del estudio, Lloyd Hey, considera que "el vídeo puede ser el componente perfecto para las salas de espera de los consultorios, clínicas y hospitales. En vez de perder el tiempo esperando en la consulta del médico, los pacientes pueden aprender más sobre su enfermedad y así cooperar en su tratamiento".

A su juicio, "en las consultas se ofrece como mucho a los pacientes la lectura de alguna revista obsoleta. Ahora, aprovechando las nuevas tecnologas, se podría dar un gran paso hacia la interacción médico-paciente".