Durante el acto, las personas congregadas denunciaron mediante pancartas y carteles el cautiverio y uso de animales, culminando la protesta con la lectura de un manifiesto en su defensa.

Los activistas transmitieron su punto de vista a varias de las personas que se disponían a entrar y que reconocieron que no se habían parado a reflexionar sobre la realidad de los animales que allí permanecen. Denunciaron, además, que el Oceanográfico recibe “grandes cantidades de dinero público”.

Los manifestantes exigieron “un mundo en el que los animales vivan en libertad y en su hábitat natural, lejos del estrés constante que produce el confinamiento. El cautiverio provoca en los animales graves trastornos físicos y psicológicos. Los acuarios son lugares cuyo único fin es el económico, aunque quieran realizar campañas de lavado de imagen constantemente que para nada se corresponden con la realidad”.

España lidera la lista de países en Europa con más delfines en cautividad con 93 individuos, y el Oceanográfico es el número uno en cautividad con 18 delfines, según un ranking actualizado de World Animal Protección.

Las entidades recuerdan los testimonios públicos de antiguos trabajadores del Oceanográfico, que solamente aguantaron semanas trabajando allí y que describen “infernales entrenamientos” o “peleas” por juntar individuos incompatibles.

Igualmente denuncian “el adoctrinamiento” a la infancia y la “normalización del uso de animales como entretenimiento” y con desconocimiento total de su situación.

La plataforma Defensa Animal explica que “estos lugares suponen una infernal realidad para los animales, realidad que se empieza a normalizar desde la infancia, dando el mensaje de que los animales están a nuestro servicio y que también podemos hacer con el planeta lo que queramos”.