Según un comunicado difundido por la citada organización, el acuerdo BTC contrarresta las políticas ambientales nacionales y hacen aún más difícil la defensa de los bienes globales comunes.

Así, el nuevo acuerdo obligará a los gobiernos a considerar prioritario el comercio sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible, lo que contradice los compromisos adoptados por los gobiernos en la Cumbre de Río por los que se decidieron estimular políticas comerciales y de medio ambiente que e apoyaran mutuamente.