Según Adena, el bromuro de metilo es un producto 40 veces más destructor de la capa de ozono que los CFCs, por lo que países como Holanda han prohibido su empleo y otros, como Estados Unidos, Canaá y Dinamarca, usan métodos alternativos.

Este plaguicida es ampliamente utilizado en el campo español (nuestro país es el segundo consumidor de la CE, después de Italia). Asimismo, se emplea para esterilizar suelos, conservar productos alimenticios y fumigar museos.

España y otros países europeos sólo han permitido hasta el momento una reducción de un 25 por ciento en la producción y uso para el año 2000.

Por ello, Adena ha pedido a las autoridades españolas y comunitarias que prohiban su epleo en el año 2000 y creen "una línea de ayudas" para los agricultores y aquellos sectores que utilizan este producto.