Los demandantes mantienen que las obras están generando un enorme impacto ambiental en la zona oeste de la comunidad madrileña, ya que han provocado la destrucción de unas 20.000 encinas y enebros de gran porte.

Según Aedenat, las máquinas tambiénhan destruido numerosos nidos de aves rapaces en peligro de extinción que están en época de cría.

Los ecologistas también han denunciado el impacto sobre el paisaje que causará la construcción de dos grandes torres de hormigón, que tendrán una altura superior a la de un edificio de 20 pisos.

"LA MAYOR AGRESION AMBIENTAL"

Por ello, la organización conservacionista afirma que esta obra supone la mayor agresión al medio ambiente perpetrada en la Comunidad de Madrid durante las últimas décadas.

Aedenat considera que los responsables de la confederación han infringido la directiva comunitaria relativa a la conservación de las aves silvestres. Además, les acusan de no haber atendido las peticiones ecologistas para variar el trazado de la conducción a su paso por los términos municipales de Navalagamella y Valdemorillo.

La declaración de urgencia de la obra, aprobada por el Gobierno el pasado mes de enero para intentar garantizar el abastecimiento de agua a Madrid, ha permitido que se pueda relizar sin la necesidad de ejecutar previamente un estudio de impacto ambiental.

Sin embargo, Aedenat asegura que no era necesario realizar esta construcción, ya que los ecologistas insisten en que ya existen conducciones que abastecen a Madrid desde el embalse de Picadas y en que las obras fueron adjudicadas "a dedo" a cinco grandes constructoras.

Finalmente, denuncian la "docilidad" de la Agencia de Medio Ambiente, por no hacer nada para detener las máquinas, a pesar de que recientemente recibióuna ayuda económica procedente de la CE para proteger al águila imperial, especie que habita en el área afectada.