Aedenat recordó que Agustín Alonso ocupaba ese cargo en 1970, cuando ocurrió la fuga que provocó el vertido de elementos radiactivos al cauce del Tajo.

Los ecologistas denunciaron la actitud de los responsables de la JEN, por coniderar que tardaron en reaccionar, ocultaron información sobre el peligro que entrañaba el vertido a los posibles afectados y no realizaron estudio epidemiológico alguno.

Además, la asociación conservacionista mantienen que en aquella época Alonso era secretario del Comité Asesor de Seguridad Nuclear, organismo encargado de la seguridad de las centrales e instalaciones nucleares en la década de los 70.

Según Aedenat, "el funcionamiento de las centrales de Zorita y Garoña durante aquella época se aracterizó por la emisión de enormes cantidades de radiactividad al medio ambiente y estuvo salpicado de múltiples incidentes, incluyendo el almacenamiento al aire libre de los residuos radiactivos".

Asimismo, la organización pone en duda la independencia de Juan Manuel Kindelán y Aníbal Martín, las otras dos personas para cubrir las vacantes del CSN, respecto a la industria nuclear, y se pregunta "qué transparecencia en la información se va a poder esperar de un CSN integrado por individuos como ésto".