La Delegación Territorial de Aemet en Madrid explicó que junio y agosto fueron los meses “más sofocantes”. Junio presentó una anomalía de +3,9 grados y agosto de +2,5 grados, lo que convirtió a este último en “el segundo más cálido desde que hay registros”. Julio también resultó más cálido de lo habitual (+0,7 grados).

En la capital, la estación del Retiro registró “el verano más cálido desde 1920”, con un total de 54 noches tropicales, en las que la temperatura mínima no bajó de 20 grados, y cuatro noches tórridas, con mínimas superiores a 25 grados. En Navacerrada se midió “el verano más cálido desde 1946”.

El verano estuvo marcado además por una ola de calor muy larga en agosto, de 16 días, la tercera y cuarta más prolongada de la serie, solo por detrás de las de 2022, 2015 y 2003.

En cuanto a precipitaciones, el trimestre estival se comportó como seco, con apenas 28,8 litros por metro cuadrado recogidos en la región, un 64% del valor normal. Junio y agosto fueron “deficitarios”, mientras que julio resultó algo más húmedo, con un 105% de la media.

Aemet recordó que, pese a este verano seco, el año hidrológico en Madrid acumula un 136% de la precipitación media, con carácter “muy húmedo”, lo que contrasta con el déficit estival.

De cara al próximo trimestre (septiembre-noviembre), las previsiones apuntan a un otoño cálido y seco en la Comunidad de Madrid. La probabilidad de que las temperaturas sean más altas de lo normal se sitúa en el 60%, mientras que el riesgo de que llueva menos de lo habitual alcanza el 45% en el centro y oeste peninsular.