Así lo indicó en una rueda de prensa organizada este jueves por la patronal en la que anticipó la posibilidad de que se superen los pasajeros que viajaron en el año 2019, antes de la pandemia, por una temporada de invierno en la que hay programados cerca de un 13% más de asientos que en el último período comparable completo.

Gándara quiso aclarar que todas las compañías permiten llevar equipaje de mano y “algunas”, en función de su tamaño, deciden cobrar por este a causa de dos motivos. Por un lado, apeló a la libertad de elección a los pasajeros pues en algunas de estas aerolíneas, el porcentaje que viajan con una mochila puede alcanzar un 40% por lo que “no sería justo hacerle pagar más a todos esos pasajeros”.

Por otro lado, indicó que se trata de un tema “separacional”, ya que en este tipo de aviones caben unas 90 maletas de cabina cuando existen unas 180 plazas, por lo que, en “muchas ocasiones”, durante el embarque se procede a facturar algunas de estas maletas provocando el consiguiente retraso. “Con este cobro, la aerolínea conoce con antelación aquellos que valoran llevarse su maleta y consigue que se mitiguen estos retrasos”, explicó.

El presidente de ALA subrayó que cuando se comenzó a viajar en avión “todo era gratis” pero el importe de los billetes era muy elevado, por lo que la "desagregación de servicios” ha sido una buena noticia para el sector. En cualquier caso, apoyó que se tomen medidas para que el cobro por estos servicios se presenten de manera clara al cliente.

El pasado 4 de octubre el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que reclamaba una revisión de la legislación de la Unión Europea (UE) sobre derechos de los pasajeros aéreos para abordar normas sobre el tamaño y precios “coherentes” para el equipaje de mano en los aviones.