Según informa el diario británico "The Guardian", la experta encargada de ese trabajo, Agnese Parronchi, de 46 años, ha rechazado la técnica sugerida por Franca Falletin, la directora de la galería de Florencia que aloja al David, que supone el uso de pequeñas cantidades d agua.

La restauradora se atiene al método tradicional de limpiar la estatua a base de cepillo, por entender que el agua podría erosionar lo que le queda de la pátina que en su día le dio Miguel Angel. "Las estatuas no son como las personas; demasiada agua puede dañarlas", afirma.

El David de Miguel Angel ya sufrió daños con una restauración efectuada en el siglo XIX, en la que se empleó una solución con ácido para limpiarla.