La entidad agraria catalana, en una investigación conjunta con Greenpeace y la Plataforma "Transgenics Fora!", descubrió que la empresa denunciada había sembrado en campos de Lleida una variedad ilegal de maíz modificado genéticamente.

Según afirmó Greenpeace, el cultivo de estas plantaciones constituye "un claro delito contra la salud pública y el medio ambiente".

Por otra parte, la organización ecologista criticó "el silencio administrativo" del departamento de Agricultura de la Generalitat ante otras denuncias realizadas por la Assemblea Pagesa, como los cultivos de otro campo similar en la población de Algerri, también en Lleida.

Greenpeace, la Plataforma "Transgenics Fora!" y la Assemblea Pagesa exigieron la retirada inmediata de estos cultivos y señalaron que su existencia "es una muestra más de que en España se cultivan variedades transgénicas que en otros paises están prohibidas".