Clima

El agujero de la capa de ozono alcanza su duodécimo máximo anual desde que hay datos

- Según mediciones por satélite y globos de la NASA y la NOAA

- La erupción del volcán de Tonga probablemente aumentó su superficie

MADRID
SERVIMEDIA

La superficie del agujero de la capa de ozono sobre la Antártida llegó el pasado 21 de septiembre a su máximo anual con 26 millones de kilómetros cuadrados, lo que supone la duodécima cifra más alta desde que se iniciaran las observaciones en 1979.

Así se desprende de mediciones por satélite y globos realizadas por la NASA y la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica), instituciones de Estados Unidos que estudian este fenómeno.

La serie histórica, recogida por Servimedia, indica que el agujero de la capa de ozono alcanzó su máximo anual más alto en 2000 (29,9 millones de kilómetros cuadrados), seguido de 2006 (29,6) y 2003 (28,4).

El de este año es el segundo más grande desde 2015, solo por detrás de 2022 (26,5 millones de kilómetros cuadrados).

Durante el pico de la temporada de agotamiento de la capa de ozono (del 7 de septiembre al 13 de octubre), el agujero de este año tuvo un promedio de 23,1 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de América del Norte, lo que lo convierte en el 16º más grande durante este periodo.

"Es un agujero de ozono muy modesto", apuntó Paul Newman, líder del equipo de investigación del ozono de la NASA y científico jefe de ciencias de la Tierra en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, quien añadió: "La disminución de los niveles de compuestos de cloro producidos por el hombre, junto con la ayuda del clima estratosférico activo de la Antártida, mejoraron ligeramente los niveles de ozono este año".

PROTECTOR SOLAR NATURAL

La capa de ozono actúa como el protector solar natural de la Tierra, ya que ese tramo de la estratosfera protege el planeta de la dañina radiación ultravioleta del Sol. Si es más delgada significa menos protección contra los rayos ultravioleta, que pueden causar quemaduras solares, cataratas y cáncer de piel en los humanos.

Cada septiembre, la capa de ozono adelgaza hasta formar un agujero sobre el continente antártico, aunque no supone una completa ausencia de ozono. Los científicos utilizan el término ‘agujero de ozono’ como metáfora del área en la que las concentraciones de ese gas sobre la Antártida caen muy por debajo del umbral histórico de 220 unidades Dobson.

"Aunque la columna total de ozono nunca es cero, en la mayoría de los años normalmente veremos cero ozono en algunas altitudes dentro de la estratosfera sobre el Polo Sur", explicó Bryan Johnson, investigador de la NOAA, quien agregó: "Este año, observamos un agotamiento de alrededor del 95%, mientras que a menudo vemos una pérdida cercana al 100% de ozono dentro de la estratosfera".

VOLCÁN DE TONGA

Por primera vez se informó del agotamiento de la capa de ozono en 1985 y se han seguido los niveles de ozono en la Antártida todos los años desde 1979.

El agotamiento del ozono antártico ocurre cuando las sustancias químicas artificiales que contienen cloro y bromo suben por primera vez a la estratosfera. Estas se descomponen y liberan cloro y bromo para iniciar reacciones químicas que destruyen las moléculas de ozono.

Los productos químicos que agotan la capa de ozono, incluidos los clorofluorocarbonos (CFC), se utilizaron ampliamente en aerosoles, espumas, acondicionadores de aire, extintores de incendios y refrigeradores. Los CFC, que son los principales gases que agotan la capa de ozono, tienen una vida atmosférica de 50 a más de 100 años.

El Protocolo de Montreal de 1987 y sus enmiendas posteriores prohibieron la producción de CFC y otras sustancias químicas destructoras del ozono en todo el mundo para 2010. La reducción resultante de las emisiones ha provocado una disminución de las sustancias químicas destructoras del ozono en la atmósfera y signos de recuperación del ozono estratosférico.

El volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, que entró en erupción violentamente en enero de 2022 y arrojó una enorme columna de vapor de agua a la estratosfera, probablemente contribuyó al agotamiento de la capa de ozono de este año. Ese vapor de agua incrementó las reacciones de agotamiento del ozono en la Antártida a principios de la temporada.

"Si Hunga Tonga no hubiera estallado, el agujero de la capa de ozono probablemente sería más pequeño este año", indicó Newman, antes de concluir: "Sabemos que la erupción llegó a la estratosfera antártica, pero aún no podemos cuantificar su impacto en el agujero de ozono".

(SERVIMEDIA)
02 Nov 2023
MGR/clc